La mejor lectura para los niños está en papel
publisher
mcora
El declive en las habilidades de lectura entre los jóvenes estadounidenses ha generado un debate que, hasta ahora, se ha centrado en los sospechosos habituales: la pandemia y la enseñanza remota. Sin embargo, un estudio pionero de neurocientíficos de la Universidad de Columbia sugiere que la clave del problema podría estar en un elemento más cotidiano y menos discutido: la sustitución del papel por la pantalla.
La encuesta más reciente del Departamento de Educación, publicada en junio, cuantificó el retroceso. Las habilidades de comprensión lectora de los adolescentes de 13 años habían disminuido en un promedio de cuatro puntos desde el año escolar 2019-2020, afectado por el Covid-19. Más alarmante aún fue la comparación con 2012, que mostró una caída promedio de siete puntos. Los resultados de los estudiantes con peor desempeño incluso retrocedieron por debajo del nivel de habilidad lectora registrado en 1971, cuando se realizó el primer estudio nacional.
Mientras políticos y administradores atribuyen el problema al cierre de escuelas y a la enseñanza remota, un equipo de investigación de Teachers College en Columbia se preguntó si el soporte de lectura en sí mismo podría tener un papel crucial. Su estudio, aún pendiente de revisión por pares, analizó a 59 niños de entre 10 y 12 años, una edad que los investigadores identifican como "crítica en el desarrollo de la lectura". Es en cuarto grado cuando ocurre una transición fundamental, descrita por otro investigador como el paso de "aprender a leer" a "leer para aprender".
La metodología fue precisa. Los niños, equipados con gorros con electrodos que analizaban sus respuestas cerebrales, leyeron textos originales tanto en papel como en pantalla. El equipo de la Dra. Karen Froud empleó un método novedoso de asociación de palabras en el que los sujetos "realizaban tareas de juicio semántico de palabras individuales" después de leer los pasajes.
Los hallazgos fueron decisivos. El estudio observó "una ventaja clara para leer un texto en papel, en lugar de una pantalla", donde en cambio se observó una "lectura superficial". Los investigadores son cautelosos en sus conclusiones y se muestran reacios a hacer recomendaciones curriculares concretas. No obstante, afirman: "Creemos que los resultados de este estudio justifican añadir nuestras voces... para sugerir que aún no deberíamos deshacernos de los libros impresos, ya que pudimos observar en nuestra muestra de participantes una ventaja para la profundidad del procesamiento cuando se lee en papel".
Esta evidencia neuroscientifica se suma a un cuerpo de literatura más amplio. Como el propio equipo de Froud señala en su artículo, "la lectura de textos expositivos y complejos en papel parece estar consistentemente asociada con una comprensión y un aprendizaje más profundos". Sin embargo, esta acumulación de evidencia no parece estar influyendo en muchas juntas escolares.
Distritos educativos por todo el país, como el de Houston, continúan eliminando libros impresos y cerrando bibliotecas en favor de programas de enseñanza digital y computadoras portátiles Google Chromebook. Para algunos administradores, la pandemia actuó como un catalizador para esta transición. Todd Winch, superintendente escolar de Levittown, Long Island, declaró: "Por mucho que la pandemia fuera un período terrible, un aspecto positivo fue que nos impulsó a añadir rápidamente soportes tecnológicos".
Medios locales como Newsday reportan con entusiasmo cómo las escuelas están yendo "a por todo con la alta tecnología", con profesores usando programas como "Google Classroom, I-Ready y Canvas para entregar pruebas y tareas y para calificar papers". Mientras la ciencia sugiere retener el papel, la inercia del sistema educativo parece empujar en la dirección opuesta, planteando una contradicción fundamental en la forma en que se enseña a las nuevas generaciones a comprender el mundo a través de la lectura.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Parkwood Clinic
Comentarios