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10 retos para la educación de las niñas

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Lucia

En la web de la organización humanitaria Amnistía Internacional, se analizan los problemas a los que se enfrentan millones de niñas en el mundo para recibir una enfermedad igualitaria, como la que tienen a su disposición sus pares varones.

Aunque la educación es un derecho fundamental que los Estados tienen la obligación de asegurar y proteger, se estima que 78 millones de menores no van a la escuela, de los cuales más de 42 millones son niñas, debido a que las múltiples discriminaciones de género condicionan su acceso a la educación (datos ONU).

Con motivo del Día Internacional de la Niña, las organizaciones Amnistía Internacional, Entreculturas, Mundo Cooperante y Save the Children denunciamos diez barreras a las que se enfrentan las niñas diariamente para poder estudiar, retos que se deben abordar para que su porvenir no se rompa.

1. Acabar con la discriminación educativa por ser niñas

“En nuestra cultura, si cuando una mujer se casa no es buena en las tareas domésticas, la familia del marido se queja y se considera una vergüenza para la familia de la niña. Así que mi tía piensa que es más importante que aprenda a trabajar en el campo, limpiar y cocinar para no deshonrar a la familia cuando me case, en lugar de ir a clase... Yo quiero ir a la escuela y tengo mucha suerte de que mi madre me apoye en esto”.

Es el relato de una niña de 12 años que vive en Sudán del Sur.

Nakisa es otra chica que vive en Kabul y tenía 16 años cuando vio cómo los talibanes cerraban su escuela y mandaban a las alumnas a casa, aunque ellas se resistieron. Era el 23 de marzo de 2022, justo el mismo día que les habían prometido que se reanudaban las clases, cerradas desde el año anterior. Unos meses después los talibanes también prohibieron la educación superior. Ahora a las niñas y jóvenes afganas sólo les dejan la opción de vivir encerradas en sus casas. Afganistán es el único país del mundo donde las niñas a partir de los 12 años tienen prohibida la educación.

En Irán, las niñas a partir de los 7 años están obligadas a cubrirse el pelo con un velo. Desde la muerte de Masha Amini en septiembre de 2022 cuando la detuvo la “policía de la moral” acusada de llevar el velo mal puesto, han sido múltiples las manifestaciones contra el régimen autocrático bajo el lema “Mujer, Vida, Libertad”. También las niñas se han movilizado en las escuelas y no es casual que, coincidiendo con esta protesta, más de 13.000 niñas de un centenar de escuelas hayan tenido que ser hospitalizadas por dificultades respiratorias y otros signos de envenenamiento por ejercer su derecho a la protesta y a la educación.

Pero las desigualdades educativas también están en los países desarrollados porque la educación tiene sesgo de género. En los libros de texto apenas aparecen referencias de mujeres y menos en la ciencia.

Que las niñas quieran ser médicas y no aeronáuticas no es espontáneo, y esta segregación educativa se traduce más tarde en segregación profesional.

2. Reconocer la diversidad en la escuela

A la discriminación educativa por el mero hecho de ser niñas, se le suman otras discriminaciones que interseccionan con el género. El gobierno de Kuwait no permite que las niñas y niños bidun, considerados apátridas aunque hayan nacido en el país, vayan a la escuela pública y gratuita y obligan a sus familias a llevarlos a escuelas privadas de ínfima calidad.

En países como Malawi, a las niñas y niños con albinismo se les niega la educación, además de otros muchos derechos. En Guatemala, las niñas y jóvenes indígenas tienen un nivel más bajo de escolarización porque, en lugar de ir a la escuela, pasan su infancia ocupándose de tareas domésticas o trabajando. En Eslovaquia y República Checa se segrega en la escuela a las niñas y niños romaníes.

3. Derecho a la escuela para las niñas y niños con discapacidad

Las niñas y niños con discapacidad están en desventaja, desde el acceso a la escuela hasta a los libros que las familias les leen en casa, y no se los escucha y se los deja atrás, sobre todo en contextos de pobreza.

En el mundo hay casi 240 millones de niñas y niños con discapacidad que tienen un 47% más de probabilidades que el resto de no asistir a la escuela primaria (datos UNICEF). Además, tienen entre tres y cuatro veces más de probabilidades de sufrir violencia física y sexual. Su situación vulnerable se acentúa en las crisis humanitarias y en los conflictos armados.

4. Poner fin al matrimonio infantil y a los embarazos tempranos

En Sierra Leona, el Gobierno, hasta el año 2020, prohibía a las menores embarazadas asistir a la escuela y presentarse a los exámenes. Todavía hoy se mantiene esta misma prohibición en Tanzania y Guinea Ecuatorial.

La probabilidad de que las niñas con nula o escasa educación se casen, es hasta seis veces mayor que en el caso de las niñas que terminan la educación secundaria.

Según informes de Amnistía Internacional, durante el COVID-19 aumentaron los casos de niñas que sufrieron abusos sexuales y embarazos no deseados. En Sudáfrica, más de 600 niñas de entre 9 y 10 años dieron a luz. En Mozambique, se quedaron embarazadas el 14% de las niñas menores de 15 años. En Zimbabue, casi 5.000 niñas de hasta 17 años quedaron embarazadas entre enero y febrero de 2021 y se produjeron 1.774 matrimonios de jóvenes menores de 18 años.

En Afganistán, los matrimonios precoces y forzados están aumentando bajo el régimen talibán debido a la crisis económica que sufren las familias, a la expulsión de las niñas del sistema educativo y al poder talibán que las obliga a casarse con ellos.

Cada día en Paraguay dos niñas menores de 14 años dejan de ser niñas para convertirse en madres. El país tiene la tasa de fecundidad de niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años más alta de Sudamérica. Muchos de estos embarazos son consecuencia de abusos sexuales y más del 80% tienen lugar en el entorno familiar.

5. Educación afectivo-sexual, salud e higiene menstrual en la escuela

La educación sexual integral tiene un papel fundamental en la prevención y la detección temprana de casos de abusos sexuales y para reducir la maternidad no deseada. Hay que dotar a las niñas de aptitudes y conocimientos para que identifiquen las situaciones de violencia sexual y puedan tomar decisiones informadas sobre el consentimiento, los anticonceptivos o para prevenir infecciones de transmisión sexual.

Sin embargo, el derecho a la educación sexual integral y su abordaje en la escuela se vulnera en países como Perú, Paraguay, Polonia y varios estados de Estados Unidos, donde se prohíbe la educación sexual en los centros educativos.

La salud e higiene menstrual es también un asunto de salud pública. Pero el período menstrual que debería ser para las adolescentes únicamente el indicador de un adecuado desarrollo biológico, se convierte en un problema que impacta negativamente en su educación. Según datos de The Lancet Regional Health en países como Bangladesh, India, Indonesia, Japón o Nepal, entre un 11% y un 41% de las niñas pierden clase sistemáticamente durante su período. En Pakistán, un país en el que hasta un 59% de las niñas que inician secundaria acaban abandonando la escuela, porque la menstruación es un indicador que señala que están “listas para el matrimonio”.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Global Partnership for Education

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