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Pros y contras de los videojuegos «Slow games» para los niños

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Lucia

Los videojuegos bajo el concepto 'slow gaming' o 'zen gaming' son podíamos decir opuestos a otros que excitan a los menores, por lo que contribuyen a la calma, a un estado de tranquilidad y al disfrute por el juego en sí mismo, por lo que son adecuados para niños de todas las edades, dice Consumer.

En los videojuegos no siempre hay que correr, saltar, dar disparos o andar con mil ojos por si aparece el enemigo y nos chafa la misión y no logramos nuestra recompensa. Frente a la idea de los juegos tradicionales en consolas y móviles que los padres y madres ven con cierto recelo para sus hijos (¿estos videojuegos son adecuados para la edad de mi hijo?), han destacado en los últimos años otras propuestas más pausadas y sosegadas que esta vez sí que los progenitores ven con buenos ojos. Son los llamados videojuegos de slow gaming o zen gaming. A continuación, te contamos las características de estos slow games, sus ventajas e inconvenientes, para qué niños están recomendados y algunos de los títulos más adecuados para ellos.

Qué son los ‘slow games’

En los videojuegos clásicos se plantean retos, a veces hay que mejorar el personaje y sus habilidades y apariencia y es preciso contar con una velocidad de reacción y de toma de decisiones a veces frenética y estresante. Ya sean de acción, aventura, arcade, estrategia, deportivo… hay un objetivo que cumplir en un determinado tiempo y ese esfuerzo tiene recompensa.

Sin embargo, en los slow games (también denominados zen games) no hay tiempo límite ni condiciones de victoria o competitivas impuestas. El ritmo de juego lo marca el jugador, quien tampoco sufre el fracaso por el fatídico game over. Son juegos de simulaciones o mundos abiertos en los que poder disfrutar de la experiencia interactiva sin agobios ni estrés, ya que aportan sensación de bienestar y relajación y transmiten calma, tranquilidad y placer por el mero hecho de jugar. Preferiblemente se juegan en solitario, porque al hacerlo en compañía es más difícil que no haya competición.

“Es como una caja de arena y un conjunto de herramientas que se proporciona al jugador para interactuar con él, y explorarlo o decidir qué hacer es cosa suya”, describe Joan Arnedo. profesor de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), quien pone un ejemplo para compararlos con los videojuegos tradicionales: “La diferencia entre jugar al UNO o jugar al LEGO, vamos”. Pero el también director del Master Universitario en Diseño y Programación de Videojuegos del mismo centro remarca que a veces el concepto de slow gaming o zen gaming no es tanto un tipo de videojuegos “como una actitud del jugador, que desafía al creador del juego y en un momento dado le dice ‘no, yo voy a disfrutar de él a mi manera y bajo mis propios términos’”.

videojuegos tradicionales

Todas estas características hacen que los padres tengan la posibilidad de proponer a los más pequeños una alternativa a los videojuegos más populares, que suelen tener poco de slow. ¿Por qué? Los efectos positivos de los videojuegos de slow gaming o zen gaming son numerosos, como explica David Cortejoso, psicólogo experto en nuevas tecnologías:

     Ayudan al bienestar emocional y mejoran el estado de ánimo. “Estos juegos provocan emociones positivas e incluso pueden llegar a utilizarse como complemento en tratamientos ante diversos trastornos relacionados con el estrés o relacionados con el estado de ánimo”, reconoce.

     Contribuyen a la calma, a un estado de tranquilidad y al disfrute por el juego en sí mismo.

     Se centran más en el trabajo del pensamiento o de las emociones, y no tanto en el de las habilidades de coordinación motora o de velocidad de reflejos.

     Trasmiten valores como la paciencia, el trabajo colaborativo, el cuidado del medio… muy beneficioso en la educación de la infancia. “No transmiten violencia, agresividad o muerte como objetivos o formas de relacionarse o resolver situaciones”, destaca el psicólogo, si bien Arnedo recuerda que los estudios científicos demuestran que no hay relación entre videojuegos y conductas negativas.

     Promueven una forma de ocio que descarga en nuestro cerebro dopamina, proporcionado placer “sin necesidad de caer en el mundo rápido e inmediato al que nos lleva la sociedad de consumo actual”, sostiene Cortejoso.

     Mejoran las habilidades visoespaciales (leer mapas, seguir movimientos de baile…), el razonamiento numérico, la memoria, la atención visual, etc.

     Su uso responde por el placer de jugar o relajarse, no por la recompensa al conseguir objetivos.

Pero ¿son videojuegos terapéuticos? Joan Arnedo cree que podrían serlo por su condición de experiencia pausada centrada en el bienestar del jugador. En cambio, el psicólogo lo amplía a todos: “Los videojuegos en sí son terapéuticos. Bien utilizados, bien pautados y de la mano de un profesional de la psicología colegiado que conozca los efectos positivos que pueden tener con el uso adecuado, pueden ser una herramienta que ayuden al profesional y al paciente en las terapias. Claro que sí. Igual que se pueden utilizar videojuegos contra trastornos o enfermedades como el alzhéimer, se pueden emplear ante el estrés, la depresión o la carencia de habilidades sociales”.

Inconvenientes de los ‘slow games’

Los inconvenientes de los slow games son los mismos que los de otro tipo de videojuegos, con las mismas consecuencias: abuso en el número de horas, adicción a los videojuegos, contenido inadecuado, alteraciones del sueño…

De ahí que entre las recomendaciones para los padres que David Cortejoso hace esté consultar el código PEGI y el contenido del videojuego antes de comprarlo, poner límites de tiempo de uso y horarios de uso y no permitir que se conviertan en la única manera de disfrutar del ocio.

“Son una forma de ocio muy válida, pero si es la única que tienen, pueden llevarlos a problemas, siendo el aislamiento social casi uno de los primeros”, advierte.

Por su parte, Arnedo insiste, en este caso especialmente, en limitar el tiempo de juego cada día según la edad del menor. “El hecho de ser slow, con un ritmo de juego más lento, precisamente a veces puede crear la tentación de querer dedicar más tiempo al juego”.

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Photo: © Nintendo Switch Sports

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