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Cómo calmar a niños enrabietados

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Lucia

Las rabietas son un comportamiento común en los niños pequeños y pueden ser desafiantes para los padres y cuidadores. A veces, los niños pueden tener una rabieta sin una razón aparente, mientras que otras veces pueden tener una rabieta debido a la frustración, el cansancio, el hambre o el estrés.

Aquí hay algunos consejos para ayudar a calmar las rabietas de los niños

pequeños:

     Mantén la calma: Puede ser difícil mantener la calma cuando un niño tiene una rabieta, pero es importante que los padres y cuidadores se mantengan tranquilos. Los niños pueden sentir el estrés y la tensión en el ambiente y esto puede empeorar la situación. Si los padres o cuidadores se sienten abrumados, pueden tomarse un tiempo para respirar profundamente y calmarse antes de enfrentar la situación.

     Dale palabras a sus emociones: Los niños pequeños pueden no tener el vocabulario para expresar sus emociones, lo que puede ser frustrante para ellos. Los padres y cuidadores pueden ayudar a los niños a identificar y nombrar sus emociones. Por ejemplo, "Pareces muy enojado en este momento. ¿Quieres hablar sobre por qué te sientes así?".

     Proporciona opciones: Los niños pueden sentirse frustrados cuando no tienen control sobre su entorno. Darles opciones puede ayudarlos a sentir que tienen cierto control. Por ejemplo, si un niño está llorando porque quiere una galleta antes de la cena, los padres pueden ofrecer una opción como "Puedes tener una manzana ahora o esperar hasta después de la cena para tener una galleta".

     Usa distracciones: A veces, distraer a un niño puede ayudar a calmar su rabieta. Los padres y cuidadores pueden ofrecer una actividad que atraiga la atención del niño, como leer un libro o hacer un rompecabezas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la distracción no debe utilizarse para ignorar o minimizar las emociones del niño.

     Establece límites claros: Los niños necesitan límites claros y consistentes. Los padres y cuidadores pueden establecer límites razonables, como "No puedes golpear a tu hermano" y explicar por qué es importante respetar esos límites.

     Ofrece consuelo: Los niños necesitan sentir que están seguros y protegidos. Los padres y cuidadores pueden ofrecer consuelo, como un abrazo o una caricia, para ayudar a calmar la ansiedad del niño.

     Sé un modelo a seguir: Los niños aprenden comportamientos de los adultos que los rodean. Los padres y cuidadores pueden ser un modelo a seguir al manejar sus propias emociones de manera saludable. Por ejemplo, si un padre está frustrado, puede decir: "Estoy frustrado en este momento, pero me estoy tomando un momento para calmarme antes de hablar sobre el problema".

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Micah Eleazar / Pexels

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