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Consigue que tu bebé adquiera una buena rutina de sueño

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Lucia

La relación entre bebés y sueño cambia mucho de uno a otro, desde los que duermen placidamente buena parte del día hasta los que no hay forma de que te dejen dormir por la noche. En Hola hablaron con una asesora de sueño infantil para despejar dudas y nos oriente sobre cómo crear un hábito de sueño saludable para el niño.
Pueden darse muchas circunstancias que propicien que un bebé duerma mal.
Los hay que confunden la noche con el día, a otros se les pasa la hora de sus ‘ventanas de sueño’ y ya no pueden conciliarlo o que simplemente tienen alguna otra necesidad (hambre, pañal sucio...), entre otras muchas causas. Para explicarnos cómo es el sueño de los bebés durante su primer año de vida y cómo podemos crear una rutina de sueño eficaz y saludable en nuestros hijos desde los primeros meses, hemos hablado con Desiré Capataz Teixidó, asesora de sueño infantil y fundadora de Duerme Feliz
Cómo es el sueño de un bebé
Para comenzar a entender qué es determinante para saber cómo duerme un bebé tenemos que empezar por conocer cómo son sus ciclos de sueño. El sueño es un proceso evolutivo que se va adaptando a cada etapa de desarrollo del ser humano. Los bebés permanecen más tiempo en estado REM que los adultos ya que este va disminuyendo a medida que la edad aumenta. Es por ello que durante los primeros años de vida del pequeño la capacidad de desarrollo de su mente sea mucho mayor y más rápida y se mantenga por más tiempo en estados de sueño ligero lo que le permite despertar con facilidad ante cualquier peligro, para evitar hipoglucemias, etc…
“Sabemos que la arquitectura del sueño evoluciona constantemente con la
edad: cambia tanto la manera en la que conciliamos el sueño, como la manera en que lo mantenemos como el tiempo que permanecemos en cada fase”, nos explica Desiré y continúa: “Los ciclos de sueño de un bebé tienen una duración de 45 minutos, a diferencia de los ciclos de un adulto, que duran unos 90 o 120 minutos. Los ciclos de sueño de un bebé recién nacido están compuestos por dos fases, a diferencia de los ciclos de sueño de un adulto, que están compuestos por cinco. Alrededor de los
4 meses el bebé se irá desarrollando e irá incorporando nuevas fases del sueño hasta obtener las 5 fases como las del adulto, pero todo este desarrollo será para el bebé una experiencia difícil de gestionar. Es por ello precisamente que, en esta etapa, las familias suelen notar un incremento de despertares notable”.
¿Qué son las ventanas de sueño?
Según el pediatra y profesor americano Marc Weissbluth, el sueño diurno de los bebés es fundamental para su descanso a largo plazo. Es importante fijarse en los ciclos naturales de ritmo de vigilia-sueño de nuestros hijos y saber adelantarnos a ellos. “Los bebés no son capaces de estar mucho tiempo despiertos debido a que la presión del sueño
(adenosina) se acumula rápidamente en sus cerebros, y se crea una necesidad de dormir frecuente durante las 24h del día. A este respecto muchos profesionales han visto una tendencia de los bebés a estar despiertos un tiempo concreto entre siesta y siesta (lo que conocemos como ventanas de sueño). Por lo que por un lado tendríamos las horas que estadísticamente hablando puede dormir un bebé según su edad y por otro, tendríamos la tabla de las horas que estadísticamente hablando puede permanecer despierto un bebé según su edad”, nos cuenta la coach.
¿Cuándo se considera que un bebé “duerme mal”?
Aunque pueda parecer una de las cuestiones más sencillas del mundo, se trata de una pregunta un tanto subjetiva y muy relativa según nos explica la experta, y es que la respuesta dependerá mucho de cada individuo y de sus expectativas, muchas veces influenciadas por las creencias sociales. “En nuestra cultura occidental hemos ido aprendiendo (durante el último siglo, sobre todo) que el acto de dormir saludable en un bebé es cuando éste duerme solo, en su propia habitación y sin reclamar a su madre o a su padre en toda la noche. El problema viene cuando se ha normalizado tanto este tipo de sueño solitario, hasta el punto de que aquellos bebés que no cumplían con estas características concretas se les diagnosticaba con un grave trastorno del sueño”, explica la experta.
Son muchos los profesionales, según nos cuenta, que hoy en día ponen en duda estas afirmaciones y “llegan a la conclusión simple de que el origen real de los problemas del sueño infantil, se encuentran en esa obsesión social y cultural por imponer el sueño en solitario como si fuera la única forma saludable de dormir para el bebé olvidando que la cría humana nace programada para estar en contacto constante con su principal cuidador. Por lo tanto, estos profesionales llegan a la conclusión de que en realidad el problema del sueño infantil solo es un desajuste entre nuestras exigencias culturales del sueño en solitario y las necesidades biológicas y emocionales de los niños”, afirma.
El principal problema radica en que los adultos quieren que el niño duerma solo dando por hecho que, si no es así, existe un problema. La pediatría del sueño está en constante debate con este tema y es por ello que existe tanta controversia, tanta información contradictoria y “tantos padres perdidos sin saber qué hacer con sus bebés y su descanso”.
Photo: © Max Pixel

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