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«Jugar es la experiencia más importante de la infancia», asegura experto

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Lucia

En un encuentro pedagógico en la Argentina, expertos de diferentes países coincidieron en la importancia del juego y de una mayor disponibilidad de tiempo libre para los niños y una defensa del aburrimiento infantil, para que a partir de allí encuentren vivencias y puedan explorar conocimientos propios. La propuesta remarcó la importancia de los juegos espontáneos de los chicos, en una época en la que, en cambio, sus vidas parecen verse cada vez más regimentadas, contó El Día.

El especialista italiano Francesco Tonucci sostuvo que la falta de tiempo libre durante la infancia atenta contra el desarrollo de la autonomía y de la creatividad de los niños. Destacó que los padres y responsables se encuentran hoy demandados por una agenda cada día más cargada con múltiples actividades para los hijos: aprendizaje de idiomas o instrumentos musicales, así como prácticas deportivas y de manualidades, además de la demanda escolar durante cinco días de la semana.

“El tiempo para el juego, la experiencia más importante durante la infancia, hoy ha desaparecido de la vida de nuestros niños y niñas, y esto es gravísimo”, señaló el pedagogo durante su presentación, que fue transmitida en vivo a través de YouTube.

“Los niños tienen derecho al tiempo libre, donde no hay compromisos, no hay cosas para hacer, un tiempo que se puede perder, que está en sus manos y en la que nosotros, los adultos, no deberíamos entrar; lo que no significa que no podemos acompañarlos, sino que es un tiempo en que ellos tienen el mando”, explicó.

Aludió asimismo a la incidencia del impacto de las tecnologías digitales en la infancia y advirtió que, ante la posibilidad que les ofrece de pasar mucho tiempo dentro de sus casas. Las consolas de los juegos y las pantallas en general hacen que, cuando lleguen a la adolescencia, esos niños “tiendan a considerar más fácil conectarse con los demás y vivir toda la experiencia social en forma virtual”, para eludir de ese modo problemas propios que plantea la experiencia personal y social de la realidad.

En cuanto a este último punto –el del uso y abuso de la tecnología digital, cabe recordar que docentes bonaerenses, hace siete años, impulsaron la iniciativa de que los escolares no dejaran de acudir a las bibliotecas para hacer sus deberes más complejos, por considerar a los libros como fuentes de conocimiento más consistentes que los que se adquieren a través de las pantallas, sin dejar de valorar el enorme aporte de las redes de internet.

Cabría añadir que también desde hace años los expertos de uno de los mayores polos científicos del mundo tecnológico, como lo es el de Sillicon Valley, en los Estados Unidos, decidieron enviar a sus hijos a la Waldorf School de Península, en California, que es un colegio sin computadoras. En este establecimiento no hay televisores ni PC, sólo tizas y pizarrón, a la vieja usanza, buscándose así ampliar las bases de libertad personal. Los chicos aprenden también a tejer, coser y hornear pan, en tanto que recién se les enseñan los rudimentos de informática a los 13 años de edad.

No limitar la capacidad autónoma de exploración y la creatividad infantil, no impedir la experiencia del autoconocimiento, devolverles su capacidad de juego, de tener tiempo libre y sin compromisos, así como no impedir que los niños salgan a jugar a la calle –”no dejamos salir a los niños a la calle porque pensamos que la calle es peligrosa; pero si la calle es peligrosa es porque no hay niños”- formaron parte de lo propuesto por el visitante, que integró así un mensaje formativo que debiera ser analizado a fondo en nuestro país.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Kampus Production / Pexels

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