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Llega el sol, fuente de vitamina D, a tomar con precaución

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Lucia

La vitamina D es buena para todos, y especialmente para los niños, ya que ayuda a su organismo a la absorción de minerales como el calcio y el fósforo. La principal fuente de esta vitamina es la luz solar.
Aprovechemos que poco a poco llega el buen tiempo para que los pequeños tomen el sol, pero con moderación, ya que -como saben- el abuso de su radiación conduce al cáncer de piel, dice El País.
Paliar el déficit de vitamina D
Según indica el doctor Fernández, “si bien hay alimentos que presentan niveles de vitamina D más elevados que otros, no hay ninguno que presente unas cifras significativamente altas”. “Los pescados azules y grasos como el salmón, la caballa o el atún son los más recomendables en estos casos. Aun así, para recuperar y normalizar unos niveles bajos de vitamina D solo tenemos dos opciones: una es aumentar la ingesta, ya sea a través de la alimentación o mediante suplementos específicos. La otra vía es el aumento de la exposición solar”, reitera. “El uso de complementos vitamínicos liposolubles solo está recomendado en casos de carencia”, continúa el experto, “y debe hacerse bajo supervisión facultativa y control analítico, con la finalidad de evitar pautas insuficientes, así como su consumo excesivo”. De este modo, aunque es habitual que todos tengamos la sensación de que los suplementos vitamínicos son buenos y recomendables, “debemos ser cuidadosos para no acabar creando un problema más difícil de solucionar que la propia carencia de vitamina D”, concluye Fernández.
“Recordemos que la vitamina D es la única que el cuerpo humano es capaz de producir por sí misma. De hecho, su fuente principal es la piel”, explica Andrea Marroquín, médico de estética. “La sintetizamos cuando nos exponemos a la luz solar y hay que recordar que no se requiere en la dieta si la exposición a luz solar es adecuada”, incide la experta.
Además, de las patologías conocidas del déficit de esta vitamina, como puede ser el raquitismo, “estudios recientes han cobrado mucho interés debido a la relación que se ha encontrado entre la vitamina D y algunas dermatosis. Esta relación se debe sobre todo al papel que desempeña en la actividad del sistema inmunológico. Esto se ve reflejado en que los pacientes con déficit de vitamina D presentan casos más severos y una deficiente evolución de estas patologías”. La dermatosis es cualquier anomalía o lesión en la piel. Actualmente la vitamina D se ha relacionado con la patogenia de una gran variedad de enfermedades dermatológicas. “Entre estas, están la psoriasis, la dermatitis atópica, el acné y la rosácea. En otras enfermedades dermatológicas aún se sigue investigando la relación que tiene y cómo influye, por ejemplo, en el vitiligo, el lupus eritematoso sistémico, algunas clases de alopecia y algunos tipos de cáncer de piel”.
Para evitar estos cuadros tenemos que tener unos niveles óptimos de vitamina D en el cuerpo de niños y adultos. Y esto se consigue con “una práctica saludable que consiste en combinar una exposición solar controlada junto con una adecuada alimentación y suplementos si fueran necesarios”, concluye la experta.
Vitamina D y embarazo
Durante el embarazo se puede tomar el sol, pero siempre con precaución.
El sol tiene efectos beneficiosos, ya que la luz solar transforma el dehidrocolesterol en vitamina D, que va a ayudar a la absorción de calcio que ingerimos en la dieta. Pero la exposición solar en las mujeres embarazadas debe ser limitada, sin abusar, evitando las horas centrales del día y siempre utilizando cremas con protección solar, ya que durante la gestación, además, pueden aparecer manchas cutáneas, especialmente en la cara, debido a los cambios hormonales.
Photo: © Tiket2.com / Flikr

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