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La influencia del entorno afectivo en el comportamiento infantil

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Lucia

Un estudio de la Universidad de Pennsylvania ha hallado una relación significativa entre la falta de afecto en la crianza de los niños y la aparición de comportamientos agresivos y poco empáticos. La investigación, basada en el análisis de las conductas de 227 parejas de gemelos, revela que aquellos que han crecido bajo una educación menos afectiva y más severa presentan una mayor tendencia hacia conductas antisociales. Este estudio se suma a una serie de investigaciones que examinan el impacto directo de la crianza en el desarrollo emocional y social de los menores.

Impacto del afecto en la conducta infantil

La investigación utilizó un enfoque novedoso al estudiar parejas de gemelos que, a pesar de compartir características genéticas, recibieron estilos de crianza diferentes. Esto permitió a los investigadores aislar el impacto de la crianza en la conducta infantil sin la interferencia de factores genéticos. Los resultados muestran que los niños que recibieron menos muestras de afecto por parte de sus padres son más propensos a manifestar comportamientos agresivos y tener dificultades para desarrollar empatía hacia los demás. Esta observación se alinea con la sabiduría popular: "Más se cazan moscas con miel que con hiel", dicho que apunta a la importancia de la bondad y el afecto en las relaciones humanas.

Estudios previos: el rol del cariño parental en la empatía

Este trabajo forma parte de una serie de estudios centrados en la influencia de la crianza en la manifestación de conductas antisociales en los niños. Las investigaciones anteriores, que consideraban la relación entre padres biológicos y sus hijos, también encontraron que el cariño parental juega un papel fundamental en el desarrollo de la empatía. Al recibir afecto y cuidado, los niños desarrollan un sentido de conexión emocional que parece inhibir la aparición de rasgos insensibles y agresivos, sugiriendo que el entorno familiar afectuoso puede actuar como un moderador en el desarrollo de estos comportamientos.

Resultados similares en niños adoptados

Otro de los estudios complementarios a esta investigación incluyó el análisis de familias adoptivas, con el fin de explorar si los resultados se mantenían en ausencia de relación genética entre padres e hijos. En este caso, los niños que recibieron menos cariño de sus padres adoptivos también tendían a mostrar un comportamiento más agresivo y menos empático, lo que confirma que la genética no es el único factor en la manifestación de estas conductas. “No podemos culpar a la genética, porque estos niños no comparten genes con sus padres”, explican los expertos, aunque señalan que no descartan la posibilidad de que ciertos rasgos genéticos de los menores evoquen reacciones específicas en los padres.

Limitaciones y consideraciones del estudio

Los investigadores reconocen que su estudio presenta algunas limitaciones, en particular en lo que respecta a la diversidad de los hogares analizados. Los resultados se inclinan hacia familias con dos progenitores, lo que puede limitar su aplicabilidad en hogares monoparentales, un entorno que también puede influir en la crianza y el desarrollo emocional de los niños de forma diferente. Además, el estudio se basó en gran medida en la observación de las prácticas de crianza informadas, lo que podría introducir algún sesgo en los resultados al depender de la percepción y autoinforme de los padres.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Bing IG

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