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Comprender el temperamento de su hijo (I)

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Lucia

Algunos niños son "fáciles". Son predecibles, tranquilos y abordan la mayoría de las experiencias nuevas de manera positiva. Otros niños tienen rasgos más desafiantes. A menudo les cuesta más manejar y expresar sus emociones. Por supuesto, ningún niño es de una manera todo el tiempo. Pero, en general, cada uno tiene su tipo habitual. Continúe leyendo para conocer las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría y entender por qué es importante comprender el temperamento de su hijo.

¿Qué es el temperamento?

El temperamento es un término que describe el estilo emocional de un niño y qué tan fácilmente se adapta a las situaciones.

En su mayor parte, el temperamento es una cualidad innata con la que nacen. Se modifica en cierta medida por sus experiencias e interacciones con otras personas. El ambiente y la salud también pueden influir en el temperamento de un niño.

Comprender los rasgos del temperamento

Al ser consciente de algunas de las características del temperamento, puede entender mejor a su hijo y apreciar su singularidad. También puede ayudar a lidiar con un "berrinche" de temperamento diferente y evitar malentendidos y conflictos.

Existen al menos 9 características principales que conforman el temperamento

     Nivel de actividad: el nivel de actividad física, movimiento, inquietud o comportamiento nervioso que muestra un niño en sus actividades diarias (y que también podría afectar el sueño).

     "Ritmicidad" o regularidad: la presencia o ausencia de un patrón regular en funciones físicas básicas como el apetito, el sueño y los hábitos intestinales.

     Acercamiento y retraimiento: la forma en que un niño responde inicialmente a un estímulo nuevo (rápido y audaz, o lento y vacilante).

Esto se puede dar hacia personas, situaciones, lugares, comidas, cambios en rutinas u otras transiciones.

     Adaptabilidad: qué tan fácilmente un niño se ajusta a un cambio o una situación nueva, y qué tan bien puede modificar su reacción.

     Intensidad: el nivel de energía con el que un niño responde a una situación, ya sea positiva o negativa.

     Estado de ánimo: qué tan positivas o negativas tienden a ser las palabras y los comportamientos de un niño.

     Capacidad de atención: la habilidad para concentrarse o mantenerse en una tarea, con o sin distracciones.

     Distractibilidad: qué tan fácilmente un niño puede distraerse de una tarea por lo que está sucediendo en su entorno (como vistas y sonidos).

     Umbral sensorial: la cantidad de estimulación necesaria para que un niño responda. Algunos niños responden a la más mínima estimulación, mientras que otros requieren cantidades intensas.

Cómo el temperamento puede afectar a los niños y sus padres

Cada niño tiene un patrón diferente de los nueve rasgos de temperamento mencionados anteriormente. Muchos niños, aunque no todos, tienden a caer en una de las tres categorías amplias y definidas de forma algo vaga:

"fácil", "lento para adaptarse"/"tímido" o "difícil"/"desafiante". Estas etiquetas generales son útiles como panorama general, pero ninguna ofrece una imagen completa de un niño.

El niño "fácil"

Alrededor del 40% de los niños caen en la categoría "fácil". Suelen responder al mundo de manera positiva y son moderadamente intensos. Se adaptan fácilmente a nuevas escuelas y personas. Cuando se enfrentan a una situación frustrante, en general lo hacen con relativamente poca ansiedad.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Bing IG

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