El sistema inmunológico de los bebés funciona diferente al de los adultos
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Lucia
El mundo científico ha dado a conocer un avance significativo en nuestra comprensión del funcionamiento del organismo humano a lo largo de las diferentes etapas de la vida. Una reciente investigación llevada a cabo por la Universidad de Cornell revela que la respuesta del cuerpo ante una misma enfermedad no solo está determinada por las características individuales de cada organismo, sino que también está influenciada por un comportamiento general que varía según la edad de las células, cuenta El Cronista.
En particular, el estudio se centró en los glóbulos blancos conocidos como células T, responsables de proteger al organismo contra las enfermedades. Se descubrió que en los recién nacidos, estas células son más eficaces que en los adultos al enfrentar ciertas infecciones.
Los resultados de esta investigación, publicados en el sitio de divulgación científica 'Science Immunology', arrojan luz sobre las diferencias en la respuesta inmunitaria entre adultos y bebés. Se concluyó que estas diferencias no se deben a un mal funcionamiento de las células T en los bebés, sino más bien a la implicación de un sector del sistema inmunológico que no requiere el reconocimiento de antígenos.
Entre las principales diferencias entre las células T de los bebés y los adultos se destacan:
Las células T recién nacidas se activan por proteínas asociadas con la inmunidad innata, brindando protección rápida pero menos precisa contra microbios.
Las células T adultas reconocen gérmenes específicos y generan una respuesta adaptada para combatirlos.
Las células T neonatales son eficaces contra las primeras etapas de una infección, defendiéndose así de bacterias, parásitos y virus.
Las células T adultas, por otro lado, no pueden responder eficientemente a estas etapas iniciales de una infección.
Los expertos enfatizan que no se puede considerar que las células T adultas sean superiores o inferiores a las células T neonatales, simplemente desempeñan funciones diferentes adaptadas a las necesidades del organismo en cada etapa de la vida.
Este avance científico ha dirigido la atención hacia la siguiente fase de investigación: comprender el destino de las células T neonatales a medida que los individuos alcanzan la edad adulta. Este nuevo conocimiento podría tener importantes implicaciones en el desarrollo de terapias y tratamientos médicos en el futuro.
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