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Disciplina positiva, mucho mejor que el castigo a los niños

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Lucia

La organización sin ánimo de lucro Child Rights Connect, que apoya la Convención de los Derechos del Niño y una legislación que asegure su protección y derechos básicos, se opone a los castigos físicos, por contraproducentes. En Deia, la abogada Leire Ibáñez, junto a su equipo de la asociación Child Rights Connect, y en colaboración con la organización Convention Against Torture Initiative, han publicado un informe de investigación sobre Disciplina positiva y alternativas al castigo corporal.
Ibáñez estudió derecho en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y, tras terminar un máster en Madrid sobre protección internacional de Derechos Humanos, se especializó en temática de derechos de la infancia.
Hoy en día es parte del Comité de derechos del niño y ha publicado junto a la organización Child Rights Connect, el citado informe.
Una publicación que tiene como objetivo ser una herramienta para los Estados y proveer a los mismos de pruebas prácticas, usando como ejemplo otros Estados, y así motivarlos a realizar un cambio legislativo para prohibir completamente el castigo corporal e implantar las buenas prácticas a nivel educacional, ya que "ejercer una disciplina es importante, pero esta ha de ser sin usar la violencia, porque esa violencia luego tiene consecuencias en la sociedad", manifiesta Leire Ibáñez.
Disciplina y orientación
"Al comienzo del trabajo aseguramos que la disciplina y la orientación infantil son importantes para el crecimiento, la educación y el desarrollo del niño y la niña. La disciplina infantil es un componente inherente al proceso educativo de los niños y niñas que los prepara para su etapa futura como adultos que viven de manera productiva y pacífica en la sociedad. Sin embargo, existen límites importantes sobre la manera de disciplinar a los niños y niñas", explica Ibáñez. Por tanto, el trabajo rechaza cualquier forma de disciplina que use la violencia y se centra en enseñar otros métodos menos perjudiciales.
"El castigo físico y otras formas de castigo crueles o degradantes no reconocen a los niños y niñas como titulares de plenos de derechos y no respetan su dignidad ni su derecho a la integridad física como seres humanos. Los principios del desarrollo infantil, en cambio, abogan por el uso de medidas alternativas, conocidas como disciplina positiva, que consisten en formas respetuosas, no violentas, y centradas en encontrar soluciones para inculcar disciplina a los niños y niñas", expone el texto.
En él se utilizan conceptos como castigo físico o castigo corporal, así como castigo cruel o castigo degradante como concepto de disciplina que no reconoce a los niños y las niñas como titulares de pleno derecho y no respeta su dignidad, y que se utilizan a veces como maneras de disciplina en el hogar, las escuelas y los centros de atención.
En vez de ello, la publicación aboga por la utilización de medidas alternativas que son conocidas como disciplina positiva, que no reconocen la violencia y siempre están centradas en encontrar soluciones. Pretenden por tanto formar vínculos positivos y promover la cooperación y la reciprocidad entre padres y madres e hijos e hijas y entre el educador y el niño o la niña. Para ello, utilizan el afecto, la estructura y la buena comunicación para que el niño o niña aprenda nuevas habilidades que ayuden a prevenir la repetición del mal comportamiento, guiándose por cuatro principios interdependientes:
identificar las metas educativas a largo plazo, brindar afecto y estructura, comprender cómo piensan y sienten los niños y niñas, y la resolución de problemas.
De la misma manera, Ibáñez asegura que "no es positivo castigar a los padres por no cumplir la ley" y apunta que "se ha llegado mucho más lejos con conceptos educativos en los que se forma a los padres y madres en el hogar, dándoles unos materiales para saber cómo realizar esta parentalidad positiva. Porque todos sabemos que es malo ejercer una violencia contra un niño, pero tenemos que aprender qué podemos usar para sustituir el castigo físico o psicológico".
Para llevar adelante el trabajo de investigación ha estudiado políticas de países como Suecia "que es un importante ejemplo si queremos tener una perspectiva sobre un país que ha eliminado completamente el castigo corporal no solo de la legislación, sino también a nivel social", remarca Ibáñez.
Photo: © Child Rights Connect

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