
Aprenden incluso estando distraidos
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Un estudio del departamento de Psicología de la Universidad de Toronto sugiere que los niños pueden absorber información incluso cuando parecen distraídos, un fenómeno que no se replica en adultos. Publicado en la revista "Psychological Science", el trabajo desafía percepciones comunes sobre la relación entre atención explícita y capacidad de aprendizaje en etapas tempranas.
El experimento, dirigido por Amy Finn, profesora asociada y directora del Laboratorio de Desarrollo Neural y Aprendizaje, comparó cómo 50 participantes (niños y adultos) procesaban dibujos de objetos cotidianos bajo dos condiciones: enfocándose activamente en las imágenes o ignorándolas para realizar otra tarea. Los resultados mostraron que los menores retuvieron información visual con similar eficacia en ambos escenarios, mientras que los adultos solo aprendieron significativamente cuando se les instruyó a prestar atención.
"Los cerebros infantiles tratan la información relevante e irrelevante de forma más similar que los adultos. Esto explica por qué los niños absorben idiomas o entornos sin esfuerzo aparente", explicó Marlie Tandoc, coautora del estudio y candidata a doctorado en la Universidad de Pensilvania. La investigación señala que la atención selectiva —capacidad de filtrar estímulos para priorizar tareas— se desarrolla gradualmente hasta la adultez temprana.
Finn ejemplificó las implicaciones prácticas: "Si un niño hace saltos mientras lees un cuento, no asumas que no está escuchando. Probablemente está aprendiendo aunque no lo demuestre". El hallazgo respalda métodos pedagógicos basados en juegos o inmersión, donde la absorción pasaje de información complementa la enseñanza estructurada. Para adultos, en cambio, el estudio refuerza la necesidad de establecer objetivos claros: la instrucción explícita mejora su retención.
El trabajo también revela un dilema evolutivo: aunque la atención focalizada beneficia el aprendizaje adulto, la plasticidad infantil permite una captación más amplia del entorno. "Los niños lo absorben todo, independientemente de las demandas de la tarea. Los adultos filtramos según nuestras metas", precisó Tandoc.
Estas conclusiones podrían influir en diseños curriculares y dinámicas familiares. Finn compartió una aplicación personal: "Ahora me preocupa menos si mi hijo de cinco años parece desconcentrado durante actividades educativas". El equipo planea investigar cómo estos patrones afectan la adquisición de habilidades complejas, como matemáticas o lectura, en distintas etapas del desarrollo.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Polesie Toys-Pexels
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