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Niños que crecen en vecindarios violentos tendrán más difícil prosperar

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Lucia

Los vecindarios pobres, en los que anida la violencia, la droga y los crímenes, no son obviamente los mejores que un niño, pero muchas veces las familias no tienen elección Un nuevo estudio, del que informa Citylab, confirmó que crecer en esas zonas urbanas condiciona las posibilidades de prosperar y triunfar en la vida.
La triste realidad es que los niños estadounidenses de hoy pueden ser la primera generación que no eclipse el estatus económico de sus padres. De hecho, los estadounidenses ocupan dos mundos separados cuando se trata de subir en la escala económica. Una pequeña minoría de nosotros, desde un quinto hasta un tercio que proviene de entornos favorecidos, puede esperar movilidad económica a la par de cualquier nación avanzada. Pero, por desgracia, entre dos tercios y un 80% de los estadounidenses que se encuentran en situaciones menos favorecidas verán que sus perspectivas económicas serán tan limitadas como las de los habitantes del mundo en desarrollo. Y no es sólo el nivel de ingresos de nuestros padres lo que explica esto: el lugar donde crecemos juega un papel muy importante en nuestra capacidad para ascender en la escala económica, como han demostrado las novedosas investigaciones de Raj Chetty y sus colaboradores.
Un estudio publicado en la Journal of Urban Economics arroja luz sobre un factor adicional que puede ser el responsable de estos dos mundos de movilidad económica. El estudio del sociólogo de la NYU Patrick Sharkey, uno de los principales estudiosos a nivel mundial de la delincuencia y la pobreza, y del estudiante de doctorado de la NYU Gerard Torrats-Espinosa, sostiene que el crimen violento ha desempeñado un papel importante en la creación de las muy diferentes posibilidades de movilidad económica que enfrentan los habitantes de comunidades favorecidas en comparación con los de comunidades desfavorecidas.
Aunque todo el mundo sabe que la violencia es mala para los niños, ésta es la primera investigación que realiza un seguimiento de la conexión entre el crimen violento y las perspectivas de los niños para salir de la pobreza. Y lo hace en un momento en que la delincuencia urbana se redujo drásticamente en muchas ciudades de Estados Unidos. La pregunta principal que surge de este estudio es: ¿esa reducción del crimen influyó en la capacidad de los niños de zonas desfavorecidas para subir la escala económica?
La conclusión clave del estudio es que los crímenes violentos juegan un papel muy importante en las perspectivas de movilidad económica de los estadounidenses. Este revela que las posibilidades económicas de los niños de bajos ingresos, quienes crecen en la quinta parte inferior de la escala económica, son las más afectadas por los crímenes violentos.
Pero esos niños también son los que se más benefician de una reducción de los crímenes violentos en sus vecindarios.
"El punto clave es que, cuando los crímenes violentos disminuyen, las posibilidades de los niños de salir de la pobreza comienzan a aumentar muy rápidamente", me dijo Sharkey a través del correo electrónico.
Estadísticamente hablando, una disminución de una desviación estándar en los crímenes violentos experimentada durante los años de formación de un niño aumentó su posición proyectada de adulto en la distribución del ingreso por al menos dos puntos. Ésa es esencialmente la diferencia entre crecer en Chicago, con su alta tasa de crímenes violentos, y crecer en Denver, donde la tasa de crímenes es inferior, dijo Sharkey.
Aunque su investigación estuvo limitada a los niños nacidos en el período de siete años de 1980 a 1986, el efecto de una disminución de los crímenes violentos en las posibilidades de vida de estos niños fue considerable.
"En un lugar donde el crimen violento estaba disminuyendo, un niño tenía una mejor oportunidad de salir de la pobreza cuando alcanzaba la edad adulta", añadió Sharkey. Sumemos esto al hecho de que la disminución de los delitos en algunos lugares ha sido enorme: el total de homicidios anuales en Nueva York ha descendido desde un máximo de unos 2,100 a unos pocos cientos. "En los vecindarios donde los crímenes han disminuido, las oportunidades de vida de los niños que comienzan en la pobreza también se han transformado", me dijo Sharkey.
Hay varias maneras en que los delitos violentos pueden limitar la movilidad económica. Para empezar, la educación es un factor clave en la movilidad ascendente. Y los niños amenazados por la violencia en la escuela pueden simplemente abandonar los estudios. De hecho, el estudio revela una asociación entre la tasa de crímenes violentos y la alta tasa de deserción escolar. Un 10% de aumento en los crímenes violentos se asocia con un incremento de un 0.5% en la tasa de deserción escolar. Por otra parte, un 10% de aumento en la tasa de homicidios se asocia con un aumento de un 0.9% en la tasa de deserción escolar.
Photo: © PXHere

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