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Tu papel para potenciar la formación de tus niños en materias artísticas

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Lucia

El aprendizaje de las materias artísticas -en su más amplia concepción- desde el dibujo a la música, pero sin olvidar la formación audiovisual, es fundamental en el desarrollo personal de los niños, leemos en El País. Nosotros, como padres, podemos colaborar.   A pesar de que la UNESCO ha descrito la educación artística como un derecho universal de los educandos; la OMS ha evidenciado acerca de sus beneficios para la salud y un sinnúmero de expertos e instituciones se han manifestado de acuerdo con que la educación artística y cultural posee un papel destacado en el aprendizaje, esta no consigue alcanzar peso en el programa educativo español. «Llama la atención que una ley que habla de luchar contra el acoso y el fracaso escolar, por ejemplo, se olvide de algo tan importante como es educar la mirada de los niños desde los primeros años», señala Marian López Fernández-Cao, catedrática de Educación Artística de la Universidad Complutense de Madrid, especialista en arteterapia.   Más allá de la nueva reforma educativa, docentes y padres coinciden en querer preparar a los menores para el futuro, con un pensamiento crítico y alta autoestima, capaces de manejar las dificultades y desarrollar la tolerancia a la frustración, justamente los pilares de la educación artística. «Comenzar un proceso creativo es situarse frente a un folio en blanco: no sabes cómo será tu resultado (incertidumbre), te equivocas una y otra vez (frustración) y solo imaginas lo que surgirá en el camino (impredecibilidad). En momentos de crisis, como ha sido la pandemia, las personas acostumbradas al proceso creativo, toleran mejor la incertidumbre, se enfrentan las dificultades con menos miedo e incluso las convierten en un desafío».   Todos estos retos no se aprenden de un día para otro. Se requiere tiempo y la plasticidad prodigiosa que tiene el cerebro durante la infancia y adolescencia. Pero, aunque la nueva ley se basa en las competencias, los niños, no tienen suficiente tiempo para desarrollar estos procesos. Ana Mangas, profesora de Plástica de Escuela Ideo, de Madrid, plantea que «cuando se daban clases online, se quitaban horas de clase a otras asignaturas y se aumentaban las de plástica, porque se entendía que el niño estaría más a gusto así. ¿Por qué no seguimos aplicando este modelo después?».   No solo es aprender a dibujar   Aparte de todo el conocimiento técnico y específico, la educación artística impacta en la vida cotidiana de los niños, potenciando todas las inteligencias y conectando los aspectos cognitivos, emocionales y sociales. Estos son algunos de sus beneficios:   Desarrolla los sentidos. Observar, tocar, oler... todo ayuda a los niños a crear. Se activan sus sentidos, en especial la vista y el tacto, y asisten con ellos a todo aquello que ven para luego reproducirlo o expresarlo, con ayuda de una fortalecida coordinación motora.   Impulsa la creatividad. Pone en marcha la imaginación, la pasión y la acción a partir de la observación. Permite construir escenarios que el niño quizá nunca ha visto más que en su cabeza. Aquí, el ensayo y error son la esencia, por lo que la aceptación al equivocarse será un aprendizaje añadido.   Permite descifrar un nuevo lenguaje. Las imágenes a las que están diariamente expuestos nuestros hijos hablan por sí solas. «Hoy en día, los niños cada vez más están viendo más imágenes y menos textos. Y lo hacen de manera individual, no socializando. Es importante enseñarles que las imágenes son construcciones, que son únicamente una parte de la realidad y que dependen del punto de vista del autor. Si no les damos las herramientas mínimas para que puedan ser críticos ante una imagen, no podrán reconocer cuando esta transmita un mensaje homófobo, misógino, racista, clasista o totalitario. Por eso, la educación de este lenguaje es esencial y debe ser impartida por especialistas. Así como se trabaja en el aula el análisis de texto, podría existir una clase de retórica visual», dice la presidenta de la SEA.   Aumenta la atención y la observación. «Un niño nunca estará tan atento mirando un objeto, como cuando se dispone a dibujarlo. Verá escalas, proporciones, la relación de ese objeto con el entorno, con el contexto... Esto es el pensamiento visual». Al prestar atención y entrenar su memoria, el pequeño podrá aplicar estas prácticas al otros ámbitos de su vida, lo que mejorará su capacidad de aprender, comprender y planificar.   Desarrolla la mirada científica. El proceso creativo implica observar detenidamente, hacerlo desde distintas perspectivas, dibujar y borrar, volver a intentar... «Cuando se dice que hay que enseñar robótica a los escolares, creo que primero hay que enseñar la mirada científica, que no es otra que la artística».   Favorece la comunicación. Las artes, muchas veces, implican el trabajo colectivo. O individual, pero que se puede hacer en compañía. Fernández-Cao comenta que «hay quien superó el confinamiento pintando mandalas, dibujando o creando música. Tiene que ver con la relación con los otros y el placer de compartir».   Permite el autoconocimiento. Las artes ayudan a los menores a sentirse bien consigo mismos, a conseguir sus objetivos y a mejorar su autoestima; es una forma de conocer y de conocerse, de mirar con distintos prismas y saber que todas miradas son válidas.   Fomenta la expresión de las emociones. A los niños más pequeños suele resultarles más sencillo dibujar una idea que expresarla con palabras. Y quien dice dibujar, dice cualquier manera de expresión como la danza, el teatro o la escultura. «Todo lo que está alrededor del arte, nos hace sentir lo que pensamos», opina Ana Mangas.   Transita de manera transversal. La educación artística no solo es una asignatura del currículo. También sirve como herramienta para todas las demás. Cada vez se utiliza más el pensamiento visual en ciencias, tecnología, lengua, matemáticas, historia... «Hay creatividad, intuición, empatía, fundamental para cualquier disciplina y todos los lenguajes», afirma Mangas, quien lleva más de 25 años en educación, y que no oculta su fascinación al implantar el visual thinking en el centro escolar donde trabaja. «Es un método que convierte los pensamientos, ideas y opiniones en dibujos. Se puede usar para el pensamiento lógico de las mates o el crítico de la filosofía». Pero no es lo más habitual.   Photo: © OpenClipart-Vectors /pixabay

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