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Cómo prevenir y combatir el robo de la identidad digital de tus niños (I)

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Lucia

El robo de identidad infantil es un problema creciente y preocupante en la era digital. Los delincuentes buscan activamente información personal de niños para cometer fraudes, desde abrir cuentas de crédito falsas hasta utilizar los datos para otros fines ilícitos. Proteger a los niños contra el robo de identidad es crucial para su seguridad financiera futura. Aquí tienes algunos consejos para evitar que los más jóvenes sean víctimas de este delito, dicen en Clarín.

La protección de cuentas online no es sólo un problema para los adultos.

Los ciberdelincuentes también apuntan a suplantar identidades a través del acceso no autorizado a cuentas de chicos: por tratarse de usuarios muy activos y conectados, son un blanco cada vez más frecuente entre quienes se dedican a las estafas.

A través de técnicas viejas pero efectivas, como el phishing por correo electrónico, engaños mediante ingeniería social como hacerse pasar por un conocido, o simplemente abusando de cuentas que no tienen doble factor de autenticación, los estafadores apuntan también a los menores de edad.

“La información personal de niñas y niños tiene una gran demanda entre los ciberdelincuentes. Estos suelen recopilar y luego venderlos en mercados y foros de la dark web, para que los estafadores los utilicen.

Una vez que los compran, los estafadores la utilizan para muchos de los mismos fines que la información de los adultos”, explican desde ESET.

“El robo de identidad de menores se produce cuando alguien utiliza ilegalmente la información personal de un menor de edad, normalmente su número de seguridad social, para cometer fraude”, explica a Clarín Vandana Verma, experta en ciberseguridad y presidenta de Infosec Kids, una organización que trabaja en la protección online de menores de edad.

En Estados Unidos, según datos de ESET, casi un millón de víctimas costaron más de mil dólares por familia y mil millones de dólares en todo el país. Esto es lo que se conoce como “suplantación de identidad infantil” y, en este caso puntual, creció de manera muy fuerte en el país del norte por la posibilidad de abrir cuentas bancarias desde una edad temprana.

“Esto puede incluir la apertura de cuentas de crédito, la solicitud de préstamos o incluso el alquiler de propiedades a nombre del menor. A diferencia de los adultos, los niños no suelen tener un historial crediticio, lo que los convierte en un blanco fácil de explotar”, agrega.

Hay dos componentes que, según la especialista y miembro del board de de Black Hat, hacen que este delito sea cada vez más frecuente: “Dado que el robo puede pasar desapercibido durante mucho tiempo, el delincuente puede explotar continuamente la identidad del niño, arruinando potencialmente su crédito incluso antes de que se convierta en adulto”.

Además, “los padres no suelen pensar en comprobar el historial crediticio de sus hijos, lo que permite que la actividad fraudulenta pase desapercibida durante años”, detalla.

“El estafador puede estar más seguro de que los datos no serán bloqueados por bancos o agencias gubernamentales. Además, es poco probable que los niños revisen regularmente su cuenta bancaria o informes crediticios; las estafas pueden pasar desapercibidas durante años.”, explica Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de ESET Latinoamérica, en un estudio publicado por la empresa de ciberseguridad.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © GSCSNJ / Flickr

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