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Mitos y realidades sobre el TDAH 

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Lucia

Se estima que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad

(TDAH) tiene una prevalencia superior al 5 %, con valores del 3 % al 8 % en la infancia y adolescencia. Pero, ¿qué causa el TDAH? ¿Es solo genético? Responden desde la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

La importancia de un diagnóstico temprano

Los especialistas inciden en la importancia de un diagnóstico precoz.

"Empezar la intervención pronto supone un mejor pronóstico. En la etapa infantil es posible diagnosticar casos de elevada severidad en que el impacto de la sintomatología es evidente y genera mucho deterioro. Por ejemplo, niños y niñas en los que la hiperactividad e impulsividad es tan elevada que pueden vivir situaciones de riesgo o hacerse daño, o que impide desarrollar cualquier otra actividad de forma convencional. En casos leves o moderados, en esta etapa vamos a poder identificar sobre todo síntomas de hiperactividad e impulsividad. La desatención empezará a sobresalir en el paso a educación primaria, cuando la exigencia académica y de regulación atencional es mayor", explica la profesora.

"En todos los casos es importante hacer un seguimiento del desarrollo y reevaluaciones para ver cómo avanza. Detectar síntomas de desatención e hiperactividad/impulsividad no tiene por qué significar la confirmación del diagnóstico, pero nos permitirá intervenir preventivamente para fomentar las estrategias del niño, de la familia y de la escuela para la regulación emocional, conductual y atencional", añade. Es importante que el diagnóstico esté bien establecido en la etapa de primaria "para guiar la intervención fuera y dentro de la escuela, y también porque la evaluación de diagnóstico va a permitir valorar la presencia de comorbilidades (trastornos asociados) que son frecuentes en niños/as con TDAH, es decir, trastornos de aprendizaje, de conducta o emocionales.

Para estos trastornos tendremos que intervenir de forma específica para evitar su cronicidad y reducir el impacto escolar, familiar y social", completa.

A pesar de la importancia que concede la experta a la detección precoz del TDAH, a veces el diagnóstico no llega hasta la adolescencia o incluso la edad adulta. El no haber recibido apoyo y terapia "dificulta mucho el día a día de la persona, el progreso académico y laboral, también las relaciones sociales y de pareja", indica. Además, señala, en estos casos de diagnóstico tardío suelen estar presentes con más frecuencia trastornos comórbidos. Las personas con TDAH no tratadas a tiempo tienen más riesgo de fracaso y abandono escolar, a pesar de tener un nivel adecuado de capacidad. Como se indica recientemente en un estudio genético liderado por los institutos de investigación Vall d'Hebron (VHIR) y Pere Virgili, además, la ausencia de intervención puede comportar un mayor riesgo a presentar otras como morbilidades, como el abuso o dependencia de sustancias, sufrir lesiones accidentales debidas a una mayor impulsividad y a la hiperactividad y seguir una dieta menos saludable que puede suponer una menor esperanza de vida.

Paula Morales abordará el TDAH en asignaturas de nueva implementación en el grado de Psicología y en el máster universitario de Dificultades de Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje de la UOC. Dentro de su experiencia investigadora, ha participado en diversos estudios sobre la epidemiología y psicopatología del TDAH, con datos  que revelan la relación entre el TDAH y la salud mental: "La concurrencia de problemas de ansiedad y depresión en niños y niñas con diagnóstico de TDAH es muy elevada desde etapas tempranas del desarrollo", explica. También se desprende de su labor de investigación, junto con su grupo de investigación, que los preadolescentes con TDAH triplican el riesgo de problemas emocionales con respecto a la población que no padece este trastorno y que sufren bullying con mucha más frecuencia: 35 % frente al

19 % de sus iguales sin TDAH.

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