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Mi niño/a tartamudea, ¿qué puedo hacer?

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Lucia

Tartamudear es un problema en la socialización de los niños. Puedo retrasar su formación y provocarle traumas por las burlas de sus compañeros. Nos dicen en OK Diario que si comienzas a notar que tartamudea, es normal que te preocupes y que te preguntes que puedes hacer para ayudarlo. Sin duda, lo mejor es ponerse en contacto con un logopeda formado en el tema, para que valore afectivamente si se trata de tartamudez y marque un posible camino. Mientras nos sugieren algunos consejos útiles para mantener el problema en familia si se produce tartamudez en los niños y queréis ser de auténtica ayuda.
Como ya te hemos aconsejado ante cualquier signo de tartamudez en el niño es mejor llevarlo a un logopeda para que le diagnostique, pero al margen de ello puedes aplicar algunas conductas útiles para favorecer la fluidez del lenguaje y, en consecuencia, el bienestar comunicativo de tu hijo.
Mantener el contacto visual
Es muy importante mantener el contacto visual mientras el bebé tartamudea. Entonces, cuando ocurran episodios de disfluenza durante vuestra conversación, sigue mirándolo a los ojos; es la mejor manera de hacerle saber que está interesado en lo que dice , independientemente de cómo lo diga.
Ponte al nivel del niño
Cuando estéis conversando y el bebé pierde la fluidez, «bajar» físicamente a su nivel es otra estrategia que podría ayudarlo a mejorar su fluidez y hacer que sea más fácil para ti mantener el contacto visual. Esto se debe a que hablar con el niño mirándolo desde arriba en un momento en que le resulta difícil expresarse podría ponerlo en una situación aún más difícil.
Ralentiza el ritmo del discurso
Disminuir el ritmo de tu discurso ayudará mucho al niño ya que, indirectamente, él también empezará a hacerlo y un discurso más lento y pronunciado mejora la fluidez, ayudando al niño a organizar mejor su discurso. Eres su modelo a seguir, si adoptas esta actitud comunicativa no tardará en seguirte.
Fomenta el respeto por el turno
Una de las situaciones que más dificultades ponen a los niños tartamudos son aquellas en grupos en los que, por lo general, las personas suelen hablar sin respetar el turno comunicativo del interlocutor. Pensamos en los momentos en los que nos encontramos en familia a la hora de comer o en momentos recreativos de juego. Para el niño que tartamudea, entrar en una situación comunicativa caótica se vuelve realmente difícil y muchas veces , en estas circunstancias, la fluidez se ve afectada negativamente.
En la medida de lo posible, a partir del contexto familiar, el adulto debe ser modelo y mediador, favoreciendo el respeto al turno comunicativo y permitiendo que todos los miembros de la familia puedan expresarse.
Adapta los requisitos lingüísticos al nivel del niño
El lenguaje adulto complejo, tanto gramatical como léxicamente, puede no favorecer la fluidez del niño durante la conversación. El uso de un lenguaje sencillo y claro apropiado para la edad del niño facilitará su papel como comunicador.
Haz preguntas cerradas
Asimismo, adaptar las preguntas y peticiones que se le hagan al niño a su nivel de lengua facilitará su fluidez. En general, cuando el adulto hace preguntas, es recomendable sugerir la respuesta ya en la propia pregunta cuando sea posible. Por ejemplo, en lugar de preguntar «¿qué quieres para comer?» (pregunta abierta) recomendamos «¿te gustaría pasta o arroz?» (pregunta cerrada). De esta forma el niño ya tendrá una posible respuesta que dar y se le facilitará formularla gracias al modelo que le dé el adulto.
Más atención al contenido y menos a la forma
En general, es importante hacerle entender al niño que lo que le interesa al adulto es lo que dice y no cómo lo dice. Esto reforzará positivamente la visión que el niño tiene de sí mismo, percibiéndose como un comunicador eficaz.
Todos los niños que tartamudean son conscientes, más o menos, de que les cuesta expresarse. Darles un feedback positivo y hacerles saber que su mensaje verbal llega al interlocutor fortalecerá su autoestima y les dará más confianza en la comunicación.
Promociona juegos con baja carga lingüística
En momentos en los que el niño es especialmente disfluente puedes ayudarlo reduciendo la carga lingüística y favoreciendo actividades que le permitan expresarse a través del canal no verbal . Así que en estos momentos puedes ayudarlo evitando hacerle muchas preguntas y favoreciendo juegos de bajo contenido lingüístico, por ejemplo jugando juntos con construcciones o leyéndole un libro.
Qué NO preguntar y NO hacer
A menudo el adulto, en un más que comprensible intento de ayudar al niño, hace peticiones y da consejos que, en estas ocasiones, no le sirven de nada.
Por ejemplo , los padres a menudo piden repetir o reformular el discurso, «tomar un respiro» o «calmarse». Estos consejos no facilitan la fluidez del niño ya que no le proporcionan un modelo concreto de lo que puede hacer para ser más fluido.
Del mismo modo, no es muy útil completar las frases por él o decir por él la palabra que nos está tratando de comunicar. La mejor estrategia en este caso es esperar a que el niño formule el discurso, mirándolo y sonriéndole; así entenderá que tiene toda tu atención y que estás ahí para él.
Todas estas estrategias son la base para fomentar la fluidez del lenguaje de los niños en general. En casos de tartamudez estos se vuelven fundamentales. Algunas parecen triviales pero en ocasiones, puede ser difícil implementarlas. De hecho, para el adulto el tener que modificar, aunque se trate de pequeños cambios, una actitud comunicativa consolidada desde hace tiempo no suele ser nada fácil.
Es mejor empezar con pequeños pasos, eligiendo una de las estrategias enumeradas anteriormente (la que te resulte más fácil de implementar) y tratar de ponerla en práctica.
Photo: © PXHere

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