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¿Por qué los niños soportan peor el calor del verano que los adultos?

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Lucia

Cuando el verano llega y las temperaturas se elevan, es común escuchar a los padres preguntarse por qué sus hijos siempre parecen más calurosos que ellos. Los niños, incluso en días no tan calurosos, a menudo se quejan de sentir mucho calor mientras los adultos pueden estar cómodos con la misma temperatura ambiente. ¿Existe alguna explicación científica detrás de esta aparente diferencia en la sensación de calor entre los más pequeños y los adultos?

Para entender este fenómeno, es importante considerar varios factores que influyen en la percepción térmica de los niños y los adultos.

     Relación entre la superficie corporal y el volumen: Uno de los principales factores que contribuyen a que los niños sientan más calor que los adultos es su relación entre la superficie corporal y el volumen. Los niños tienen una mayor proporción de superficie corporal en relación con su masa corporal, lo que significa que pierden calor más rápido que los adultos. Como resultado, su cuerpo puede sentir más frío en entornos con temperaturas más bajas, pero también puede sentir más calor en días calurosos.

     Sistema de termorregulación inmaduro: El sistema de termorregulación de los niños está en desarrollo y es menos eficiente que el de los adultos. No tienen la misma capacidad para regular su temperatura corporal en respuesta a cambios ambientales, lo que puede llevar a que se sientan más incómodos en condiciones extremas de calor.

     Actividad física y metabolismo: Los niños suelen ser más activos que los adultos, lo que conlleva un mayor gasto de energía y producción de calor. Su metabolismo también tiende a ser más rápido, lo que contribuye a generar una mayor sensación de calor.

     Distribución de grasa corporal: Los adultos tienden a tener más grasa corporal que los niños, y la grasa actúa como aislante térmico, ayudando a mantener una temperatura más estable en el cuerpo. Por el contrario, los niños tienen una mayor proporción de masa magra, lo que puede hacer que sean más sensibles a las fluctuaciones de temperatura.

     Capacidad de hidratación: Los niños pueden ser más propensos a deshidratarse rápidamente en comparación con los adultos. La pérdida de líquidos a través del sudor puede afectar negativamente su capacidad para regular la temperatura corporal y contribuir a una mayor sensación de calor.

Aunque los niños puedan sentir más calor que los adultos en ciertas situaciones, es esencial recordar que cada individuo es diferente y puede tener diferentes tolerancias a las condiciones climáticas. Los padres deben asegurarse de que sus hijos estén bien hidratados y vestidos adecuadamente para el clima, especialmente en días calurosos.

Además, se recomienda evitar la exposición excesiva al sol durante las horas más calurosas del día y proporcionarles áreas sombreadas y frescas para jugar y descansar.

En conclusión, la percepción de calor entre los niños y los adultos puede deberse a una combinación de factores fisiológicos y ambientales.

Comprender estos aspectos nos ayudará a cuidar mejor de nuestros pequeños y garantizar que se mantengan seguros y cómodos durante las altas temperaturas del verano.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © PXHere

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