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Niños que leen a menudo alcanzan mejor nivel académico

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Lucia

Los niños que leen por diversión, no porque se lo manden sus profesores, mejoran en su nivel académico, detectan los estudios de PISA (Programme for International Student Assessment), que elabora la OCDE, organización a la que pertenecen los países desarrollados, incluido el nuestro, dice La Vanguardia. 

En promedio, los alumnos de 15 años que leen diariamente por placer tienen una puntuación superior a un año y medio de escolarización respecto al resto, según concluyó la OCDE en un informe de 2015.

“Las investigaciones internacionales (PISA, PIRLS) indican que en la infancia y la adolescencia el problema es la comprensión lectora”, expone el profesor del departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Granada, Fernando Trujillo. 

Una baja competencia lectora es indicador fiable de fracaso escolar y abandono prematuro de los estudios porque entender la comprensión de un texto es básico para el aprendizaje y para el desarrollo de cualquier actividad escolar. 

Según el pedagogo Gregorio Luri afirma que “podemos predecir con bastante exactitud qué alumnos triunfarán o fracasarán en la escuela por su competencia lectora a los nueve años”. 

Los expertos señalan que no comprender textos complejos no solo conduce a la dificultad de aprender otras materias sino que priva a los jóvenes de disfrutar de la cultura y de una ciudadanía plena (leer un prospecto de medicamento, entender las condiciones de una hipoteca, comprender un discurso político o calcular los ingredientes de una receta distintos a los que indica el texto).

Marta López, directora de Lecxit, exitoso programa de fomento de la lectura con mentores voluntarios de la Fundació Jaume Bofill, cree que en la escuela se enseña bien a leer, pero que la comprensión lectora depende también de la capacidad de construir un hábito y, por tanto, de la posibilidad de poner en práctica la lectura en múltiples contextos. 

“El hábito lector se adquiere en casa -apunta López-, con modelos positivos, ratos de calidad y clima adecuado...”. Eso es mayor en hogares donde hay libros y los padres leen. 

De hecho, la fundación calcula que hay medio curso de diferencia entre aquellos niños que tienen libros, ven a sus padres leer y suelen hacerlo, que aquellos que carecen de todo ese entorno. 

Photo: © Mikhail Nilov / Pexels

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