Elsa Punset: “Mejor el esfuerzo que el éxito en los niños”
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Lucia
Elsa Punset, escritora y divulgadora especializada en inteligencia emocional, ha destacado la importancia de cambiar el enfoque en la educación infantil. En lugar de centrarnos en los logros de los niños, Punset propone que se valore más el esfuerzo que dedican a las tareas, independientemente del éxito o fracaso que obtengan. Según ella, “cuando educas, eres de alguna forma el guía de un niño”, lo que otorga una gran responsabilidad a padres, madres y docentes en la formación emocional de los pequeños, citada por Ser Padres.
Punset subraya la relevancia de enseñar a los niños a lidiar con el fracaso desde una perspectiva positiva. Para ella, el fracaso "no es un desastre; es doloroso pero necesario" y, lejos de evitarlo, debe ser asumido como parte del crecimiento y maduración de cualquier persona.
Explica que, a lo largo de la vida, es inevitable enfrentar fracasos, y es fundamental que los niños aprendan a gestionarlos de manera sana, sin que esto afecte negativamente su autoestima.
La gestión de las emociones es otro tema central en su discurso. Elsa Punset sostiene que "los patrones emocionales nos hacen reaccionar de la misma manera ante la misma situación", lo que puede limitarnos si no hemos aprendido a manejar nuestras emociones desde la niñez. Aunque recalca que es posible reeducarnos emocionalmente en la adultez, admite que "de mayores también podemos educarnos, pero es más difícil" y, en muchos casos, es necesaria la intervención de un profesional.
Además de Punset, el educador Richard Gerver, conocido por sus ideas innovadoras sobre la educación infantil, coincide en la importancia de enseñar a los niños a aceptar el fracaso. En sus charlas, Gerver invita a los padres a “celebrar los fracasos y los errores de nuestros hijos”, ya que esto les enseña a enfrentar situaciones difíciles y les ayuda a descubrir sus verdaderas pasiones. Según él, "pasamos nuestras vidas convirtiendo a los niños en robots, para que hagan las cosas bien", cuando lo más valioso sería animarles a explorar, a equivocarse y a aprender de sus errores.
Ambos expertos coinciden en que la clave para una educación emocional efectiva radica en reconocer el esfuerzo, aceptar el fracaso y fomentar la exploración en los niños. Este enfoque no solo les prepara para los retos que enfrentarán a lo largo de la vida, sino que también les ayuda a desarrollar una relación más sana con sus emociones y con los inevitables fracasos que encontrarán en su camino.
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