Modelos clásicos y más recientes en la crianza de los niños
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Lucia
En las últimas décadas, los estilos de crianza han pasado de ser conceptos ampliamente estudiados y definidos en la psicología a convertirse en metáforas que buscan capturar la esencia de cómo los padres crían a sus hijos en un mundo complejo y cambiante. Términos como "padres helicóptero", "crianza quitanieves" o "paternidad faro" han ganado popularidad, atrayendo a familias que buscan orientación en un entorno de constante incertidumbre. Sin embargo, aunque estas metáforas resultan útiles para simplificar conceptos, su impacto real en el desarrollo infantil sigue siendo tema de debate, dice NatGeo.
En la década de 1960, la psicóloga Diana Baumrind identificó tres estilos principales de crianza:
Crianza autoritaria, que se caracteriza por normas estrictas, altas expectativas y disciplina severa.
Crianza con autoridad, basada en una combinación de calidez, cercanía y normas claras.
Crianza permisiva, que prioriza la libertad del niño con pocas reglas o expectativas.
Posteriormente, se añadió un cuarto estilo: la crianza negligente, en la que los padres muestran poco interés o involucramiento en la vida de sus hijos.
Estos enfoques, aunque claros, han sido criticados por su terminología poco accesible para las familias actuales. Según Kenneth Ginsburg, fundador del Centro de Comunicación con Padres y Adolescentes del Hospital Infantil de Filadelfia, “si vas a ayudar a los padres a saber qué hacer y qué decir, necesitas nombres nuevos”. Así nacieron las metáforas modernas, que buscan traducir conceptos complejos a términos cotidianos.
La crianza en metáforas: exploración de los nuevos estilos
"Gentle parenting" o crianza respetuosa
Este enfoque, conocido como crianza respetuosa, se basa en la compasión, la calidez y el respeto mutuo entre padres e hijos. Se enfoca en establecer un vínculo sólido, donde los padres se esfuerzan por entender la perspectiva del niño.
“Se trata de enfocar la crianza con sintonía, siendo capaces de ver las cosas desde la perspectiva del niño”, explica Sarah Bren, psicóloga clínica y cofundadora del Grupo de Psicología Upshur-Bren.
Aunque su enfoque positivo es ampliamente valorado, mantener este estilo puede ser un desafío. Un estudio liderado por Annie Pezalla descubrió que un tercio de los padres que se identifican como “padres suaves”
experimentan agotamiento y dudas constantes sobre sus habilidades parentales. A pesar de su creciente popularidad, aún no hay suficiente evidencia científica que respalde si este estilo tiene un impacto significativamente mejor en el desarrollo infantil.
"Snowplow parenting" o crianza quitanieves
La "crianza quitanieves" se basa en eliminar los obstáculos que podrían afectar el bienestar de los niños, evitando que enfrenten adversidades.
Este enfoque, aunque bien intencionado, puede ser contraproducente.
Sarah Bren advierte que este estilo puede socavar la resiliencia del
niño: “Cuando eliminas las dificultades del camino de tu hijo, les privas de desarrollar habilidades clave para enfrentar retos por sí mismos”.
Además, investigaciones han demostrado que los padres que adoptan esta mentalidad transfieren su propia ansiedad a sus hijos, quienes pueden desarrollar intolerancia a la incertidumbre y una mayor propensión a la ansiedad.
"Helicopter parenting" o crianza helicóptero
La crianza helicóptero, conocida por su supervisión constante y control excesivo, ha sido objeto de múltiples estudios. Aunque busca garantizar la seguridad y el éxito de los niños, este estilo puede limitar su independencia.
“Esta microgestión no ayuda a los niños a aprender a sortear baches en el camino ni a desarrollar resiliencia”, afirma Michele Borba, autora de Thrivers.
Un estudio reciente en Frontiers in Psychiatry asoció la crianza helicóptero con mayores niveles de depresión y una autoestima física reducida en estudiantes universitarios, lo que sugiere que este enfoque puede tener consecuencias negativas a largo plazo.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Bing IG
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