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Juegos de mesa: Aún existen, son divertidos y se juegan en grupo

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Lucia

Aunque parece que los niños de hoy sólo se interesen por los entretenimientos digitales, sobreviven algunos juegos de mesa rápidos, tradicionales e innovadores, que tienen la ventaja de ser bastante más sociables que un videojuego. Pueden disputarse en familia o con los amiguitos de tus hijos, dice 20 Minutos.
Hay juegos de mesa, de cartas, que apenas ocupan espacio, de mecánicas y reglas sencillas, que se pueden llevar en el bolso para sacar en cualquier momento. Ideales para entretener a adultos cuando hay poco tiempo por delante y también a niños.
Los aficionados a los  juegos de mesa llaman fillers a los juegos rápidos de pillar y poca duración, vocablo inglés de regular traducción en este caso.
Con los niños, además de divertidos y de permitir entretenerse en compañía estos días de tanto matatiempos solitarios, son útiles para trabajar la atención, las competencias lingüísticas, el cálculo mental, el pensamiento abstracto…
Nunca me cansaré de ponderar las ventajas (demostradas) de los juegos de mesa (y de rol) con niños y adolescentes, pero en concreto este tipo de juegos son especialmente recomendable para los neófitos de los juegos de mesa, para los adultos poco dispuestos o con poco tiempo para empollarse las reglas de los juegos más complejos.
Son divertimentos baratos y portátiles que además, en estas fechas de mucho viaje, de llevar a destinos en los que compartir tiempo juntos, pueden venir muy bien.
Os cuento cuales creo que destacan, todos recomendables, aunque en cada casa pueden gustar más unos que otros.
El rey de estos juegos yo diría que es el Dobble, una latita minúscula y versátil de la que han sacado ya varias versiones, incluyendo una resistente al agua y otra infantil, pero mi recomendación es apostar por el original. He visto niños de tres años jugando al Dobble clásico sin problemas.
Permite cinco juegos distintos, y nada impide inventar los propios. Es un éxito tal que han salido bastantes imitaciones fácilmente identificables, pero sí ya se tiene Dobble no son precisos otros juegos similares. Y si no se tiene ninguno, mejor tirar de éste.
Nuestro favorito es Love Letter. El pasado verano fue el juego que más disfrutamos con nuestra hija y hemos seguido jugándolo todo el año. Un juego de cartas a varias partidas del que ya os hablé largo y tendido.
Es posible además construir con nuestros hijos y un poco de maña en Photoshop las versiones que mas nos gusten con nuestros personajes favoritos. También hay disponibles adaptaciones para descargar, imprimir y plastificar basadas en las licencias más conocidas. Nosotros tenemos el original, una versión de Star Wars y tenemos pendiente crear otra inspirada en Haikyuu.
Al que más hemos jugado, y se nota por su estado, es a otro juego de
cartas: Virus. No hay niño que conozca que haya probado a reunir los cuatro órganos del cuerpo humano esquivando viras a base de vacunas y lanzándoselos a otros que no haya disfrutado. Adultos y niños también juegan equiparados en este juego.
También es altamente recomendable Story Cubes, dados de los que también hay múltiples versiones y que permite crear historias. Una manera maravillosa de escurrir la imaginación y las capacidades lingüísticas.
Otro juego que permite salirse del guión. Se puede jugar con estos dados a las imitaciones, a descubrir que nos quiere decir el otro… Sé de quien lo usa para encontrar inspiración y dibujar o sacar temas de conversación.
Ya abultando un poco más está el Patchwork. A mi marido le entusiasma, confieso que a mí no tanto pero es incuestionable que se trata de un gran juego. La cosa es ir consiguiendo botones a base de poner piezas que recuerda a un tetris, uno especialmente geométrico, matemáticamente estratégico.
Siendo objetivos, la única pega que le encuentro para este listado que piensa más en niños y en entretenimiento familiar es que solo permite dos jugadores y que se nota mucho la diferencia de nivel entre niños menores de unos doce años y adultos. También que el bolso tiene que ser un poco más grande.
Yo prefiero La Colmena, una suerte de juego de damas hexagonal protagonizado por insectos que se mueven de diferente manera. Fácil y al mismo tiempo con más enjundia de que que parece (por eso es a partir de unos ocho o nueve años) y que permite que jueguen más de dos personas.
Su único posible inconveniente es que la colmena a veces requiere un poco de espacio dependiendo de cómo se despliegue. La bandeja de un avión no es bastante, con la mesa de un tren sobra sitio. Por eso probablemente hayan sacado una versión aún más pequeña.
Hay más por supuesto: Port Royale es otro juego de cartas al que jugamos mucho hace dos años, en Normandía, Sushi Go, la versión de dados de Bang (el Bang original ocupa algo más y también lleva un poco más de tiempo jugarlo pero se podría considerar otro filler), el cooperativo Código Secreto, Los hombres lobo de Castronegro, Hanabi, Famiglia (otro al que le dimos mucho tute), Jaipur…
Photo: © Amazon

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