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Detecta y enfrenta una depresión infantil

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A menudo se asume que los niños no pueden experimentar tristeza de manera prolongada o que sus preocupaciones son menores. Sin embargo, la realidad es que los niños y adolescentes también pueden sufrir depresión y ansiedad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 4,4% de los adolescentes de 10 a 14 años y el 5,5% de los de 15 a 19 años padecen trastornos de ansiedad. Además, el 1,4% de los adolescentes de 10 a 14 años y el 3,2% de los de 15 a 19 años presentan síntomas depresivos. Estos trastornos afectan múltiples aspectos de sus vidas, desde su bienestar emocional hasta su rendimiento escolar y sus relaciones sociales.

Ana Estela Ruiz, psicóloga de Grupo Policlínica Ibiza, explica a Hola! que los síntomas de ansiedad y depresión en los niños no siempre son iguales a los de los adultos. "En los adultos, la depresión suele ser un estado persistente, mientras que en los niños puede fluctuar más según el contexto y el apoyo recibido", señala.

¿Cómo se manifiesta la ansiedad y la depresión en los niños?

La ansiedad en los niños suele expresarse a través de síntomas físicos, como dolores de cabeza o de barriga, debido a su dificultad para verbalizar emociones complejas. También es común observar una disminución en el rendimiento escolar o cambios en su comportamiento.

En el caso de la depresión, los síntomas pueden incluir la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, aislamiento social, pérdida de apetito y comentarios negativos sobre sí mismos.

¿Cómo ayudar a los niños con ansiedad y depresión?

Existen tres ámbitos clave para apoyar a los niños y adolescentes que enfrentan estos trastornos: la familia, el entorno escolar y la terapia psicológica o psiquiátrica.

-Apoyo familiar: Ruiz destaca la importancia de crear un ambiente seguro en casa, con rutinas y límites claros. "Fomentar la comunicación emocional y la escucha activa es fundamental", afirma. Además, la participación de la familia en el proceso terapéutico puede facilitar el cambio.

-Apoyo en el entorno escolar: Los profesores pueden ser los primeros en detectar síntomas de ansiedad o depresión. Una vez diagnosticado, el entorno escolar puede ofrecer adaptaciones académicas, como reducir la carga escolar en momentos críticos. También es importante capacitar a los docentes en salud mental para manejar situaciones emocionales de los alumnos.

-Intervención psicológica: El tratamiento de la ansiedad y la depresión infantil puede abordarse desde diversos enfoques terapéuticos, dirigidos por profesionales de la salud mental.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © PXHere

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