
Ordenamos los productos lácteos, de menos a más saludables para los niños
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Los productos lácteos han sido durante décadas una parte fundamental de la dieta infantil, reconocidos por su aporte de calcio, proteínas y otros nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo. Sin embargo, no todos los lácteos son iguales en términos de beneficios para la salud. En este reportaje, exploramos los diferentes tipos de productos lácteos y los clasificamos de menos a más saludables para los niños, basándonos en su contenido nutricional, niveles de azúcar, grasas y aditivos.
1) Postres lácteos azucarados
Los postres lácteos, como flanes, natillas, mousses o yogures azucarados con sabores artificiales, ocupan el último lugar en la escala de saludabilidad. Estos productos suelen contener altas cantidades de azúcar añadido, colorantes y conservantes, lo que los convierte en una opción poco recomendable para los niños.
El consumo excesivo de azúcar está relacionado con problemas como la obesidad infantil, caries dentales y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas en el futuro. Aunque pueden ser atractivos por su sabor dulce, su valor nutricional es bajo y no aportan los mismos beneficios que otros lácteos más naturales.
Recomendación: Limitar su consumo y optar por versiones caseras con menos azúcar o endulzantes naturales como la fruta.
2) Leches saborizadas
Las leches saborizadas, como las de chocolate, fresa o vainilla, son populares entre los niños debido a su sabor dulce. Sin embargo, estas bebidas suelen contener cantidades significativas de azúcar añadido y, en algunos casos, colorantes y aromatizantes artificiales.
Aunque aportan calcio y proteínas, el exceso de azúcar puede contrarrestar sus beneficios. Además, el consumo habitual de estas leches puede acostumbrar al paladar de los niños a sabores muy dulces, dificultando la aceptación de opciones más naturales.
Recomendación: Elegir versiones con menor contenido de azúcar o preparar en casa batidos de leche con frutas naturales y cacao puro.
3) Quesos procesados
Los quesos procesados, como los que se encuentran en rebanadas individuales o en cremas para untar, suelen contener altos niveles de sodio, grasas saturadas y aditivos como emulsionantes y conservantes.
Aunque son una fuente de calcio y proteínas, su perfil nutricional no es tan favorable como el de los quesos naturales.
El exceso de sodio en la dieta infantil puede contribuir a problemas de presión arterial y hábitos alimenticios poco saludables a largo plazo.
Recomendación: Optar por quesos naturales, como el queso fresco o el requesón, que tienen menos sodio y aditivos.
4) Yogures azucarados
Los yogures con sabores y frutas añadidas son una opción intermedia.
Aunque contienen probióticos beneficiosos para la salud intestinal, muchos de estos productos tienen altos niveles de azúcar añadido. Esto reduce su valor nutricional y los convierte en una opción menos saludable que los yogures naturales.
Recomendación: Elegir yogures naturales sin azúcar y añadir frutas frescas o un poco de miel para endulzar de manera más saludable.
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