Mejorar la concentración infantil en clase
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Lucia
En las clases y escuelas, los niños pasan la mayor parte de su jornada, y no siempre les resulta fácil mantener la atención para aprovechar convenientemente los conocimientos que reciben. En los establecimientos educativos, los chicos tienen un tiempo segmentado para el aprendizaje, pero en sus hogares los horarios son más amplios y también requieren una disciplina conductual para ejercitar la atención, cuenta Perfil.
Enseñar a los niños a realizar las tareas sin buscar un objetivo determinado es una forma de adaptación a las actividades cotidianas. Se trata de que disfruten de la propia tarea en sí y perciban sus beneficios, por ejemplo labores domésticas como arreglar la cama o ayudar en la limpieza. No es positivo enseñar a los niños a hacer actividades con presión, en ese sentido el estímulo, como la música, puede aportar en el disfrute. En ese aspecto, es importante que sepan disfrutar de lo que hacen sin necesidad de esperar nada a cambio.
Por otro lado, hay que cuidar de los niños que están sobreexpuestos constantemente a distintos estímulos audiovisuales. Las numerosas pantallas generan infinidad de distracciones rápidas a nivel visual.
Esta velocidad y cambio de estímulo provoca una actividad constante del cerebro que impide la atención y la relajación de la mente. La exposición a los dispositivos audiovisuales, computadoras o celulares deben usarse con medida y evitarlo, especialmente, antes de ir a la cama o momentos previos al estudio.
Enfocarse es primordial para la actividad que se está efectuando, los chicos deben aprender la capacidad de apuntar a una tarea y no varias cosas a la vez. Este concepto es algo que hay que educar a los niños desde que son muy pequeños. Por ejemplo, el hecho de comer mientras ven la televisión no facilita la atención consciente en la comida.
La consecuencia es que tampoco tendrán capacidad para mantener la atención consciente en otras actividades como los estudios. Cuando están haciendo las tareas escolares o estudiando no celulares, tablet, smartphone o la televisión encendida, porque descentrará su atención y el rendimiento será más bajo.
Juegos de mesa
El ritmo tan elevado al que estamos expuestos en la sociedad, nos lleva a tener pocos momentos tranquilos para pensar o reflexionar cómo nos sentimos. Es interesante poder destinar un tiempo de serenidad y mantener contacto con el resto de la familia, los juegos de mesa participativos pueden ser una manera de reforzar el vínculo con los chicos y la familia.
La atención no puede desarrollarse si nuestro cuerpo no sabe contemplar el contexto. Es importante crear el hábito de observar lo que nos rodea.
Pararse a mirar los pequeños detalles de las cosas cotidianas que rodea al niño. Juegos infantiles clásicos como el “veo-veo” permitirá potenciar la atención y que el cerebro desarrolle el hábito de ver y apreciar.
Otro aspecto sensorial es el dedicar momentos de escucha. La radio puede ser un buen estímulo. Poner música sin ver la imagen o incluso ponerles audiolibros de cuentos o historias para que puedan escuchar, refuerza la imaginación y la creatividad del niño. Por supuesto, aprender a escuchar los sonidos que la propia naturaleza y del ambiente también aporta.
Existen numerosos juegos de mesa y recursos pedagógicos que potencian, de manera directa, la atención, y pueden ser muy enriquecedores para los niños. Además, cualquier juego puede ayudar a trabajar la concentración, ya que para realizarlo correctamente deben centrarse en eso y nada más.
La atención en el niño se puede estimular y desarrollar desde que son pequeños, pero también es muy importante las actividades diarias del adulto y la familia. Todo ello va a repercutir en el ámbito escolar.
Photo: © Hellebardius / Flickr
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