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¿Son útiles los relojes inteligentes para localizar a los niños?

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Lucia

Los relojes inteligentes con geolocalización para niños se han popularizado entre las familias, especialmente en verano, cuando los pequeños disfrutan de más autonomía. Estos dispositivos permiten realizar llamadas, conocer la ubicación en tiempo real y, por supuesto, saber la hora. Isabel Orús, madre de un niño de ocho años, explica: "Nos da seguridad que lo lleve. Este verano queremos darle más espacio cuando vaya al pueblo y es una forma de que él tenga más libertad, pero a la vez nosotros sepamos que está bien", dice en Aragón Noticias.

Sin embargo, no todos están convencidos de sus beneficios. Toñi Morcillo, psicóloga educativa del Colegio Oficial de Psicólogos de Aragón, sostiene que estos dispositivos pueden ser innecesarios y generar más ansiedad en los padres. "Los niños siempre están

controlados: en el colegio, en casa, en el campamento, etc. Si están en el pueblo, están libres, pero están los abuelos, los vecinos. Todo el mundo se conoce. Realmente, bajo mi criterio, no sirven para nada", comenta. Además, añade: "En los padres lo que crea es una ansiedad tremenda. Compran los dispositivos con GPS para sentirse más tranquilos, pero están todo el rato pendientes de dónde está el niño y llamándolo.

Se convierte en dependencia". Isabel Orús confirma esta situación: "El primer día que salió con sus amigos por el barrio, vimos que el reloj decía que estaban en el parque y fuimos para comprobarlo".

El uso de estos dispositivos se complica cuando los usuarios son preadolescentes, de 11 años en adelante. La confianza es crucial para un desarrollo adecuado en la relación padre-hijo, y el uso de relojes geolocalizados puede resultar contraproducente. Morcillo explica: "Es una falta de confianza hacia los hijos. La educación que debemos dar en casa debe estar basada en la confianza mutua. Todos hemos hecho cosas a espaldas de nuestros padres, pero no pasa nada, siempre que no se pasen unos límites". La psicóloga subraya que la clave es la comunicación: "El vínculo familiar es complicado de forma natural y esa falta de confianza lo hace mucho más complejo".

Eduardo Adán, padre de una niña de nueve años, comparte su experiencia:

"Se lo regalaron por su cumpleaños. Lo llevan la mayoría de sus amigas".

En su caso, su hija solo usa el reloj en vacaciones o los fines de

semana: "Es más el por si acaso, que el control en sí".

Morcillo concluye que, aunque entiende la necesidad de los padres por proteger a sus hijos, es crucial aprender a soltar y darles autonomía y confianza. "La sociedad de consumo en la que vivimos nos crea necesidades cuando no las hay. No recomendaría su uso", señala en relación a los relojes geolocalizados que están tan de moda.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Bing IG

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