
Dormir poco modifica el cerebro infantil
publisher
mcora
El descanso adecuado es un factor clave para el desarrollo cognitivo y el rendimiento académico infantil. Durante el sueño profundo, el cerebro procesa la información adquirida a lo largo del día, consolidando recuerdos y aprendizajes mientras fortalece conexiones neuronales. La calidad del sueño influye en el desarrollo físico, emocional y social de los niños, así como en su capacidad de atención y resolución de problemas.
El doctor Fernando Baixauli, pediatra de los hospitales Vithas Valencia 9 de Octubre y Vithas Castellón, explica que "el desarrollo neuronal depende en gran medida de las sustancias que se segregan (proteínas, hormonas, etc.) durante el sueño". Según este especialista, un descanso inadecuado puede afectar diferentes aspectos del desarrollo infantil:
"Estos procesos son fundamentales para el rendimiento neuropsicológico de los niños, ya que afectan su capacidad de atención, memoria, resolución de problemas y regulación emocional".
Baixauli señala además que "dormir menos se relaciona con el estrés, la depresión, la ansiedad y el comportamiento agresivo. Los niños que no duermen bien también tienen problemas para tomar decisiones, resolver conflictos y aprender". Además, destaca que estudios han demostrado que "los niños que no duermen lo suficiente tienen un volumen menor en ciertas áreas del cerebro responsables de la atención, la memoria y el control de la inhibición, en comparación con los que tienen hábitos de sueño saludables".
Estrategias para mejorar la calidad del sueño infantil
Lee Peel, director de A Levels en The English Montessori School (TEMS), subraya la importancia de establecer hábitos de sueño saludables en la infancia. "Establecer horarios regulares para acostarse y levantarse, incluso los fines de semana, es fundamental. Una sola noche sin seguir un horario puede requerir muchas noches para recuperarse", señala.
También recomienda reducir el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir, ya que "estos interfieren con la calidad del sueño". Además, menciona que crear un ambiente adecuado, con poca luz y sin ruidos, y realizar actividades relajantes como leer o escuchar música suave puede facilitar la conciliación del sueño.
Peel recalca que "los niños deben dormir entre 9 y 11 horas por noche, dependiendo de su edad, para garantizar un estado óptimo de energía y atención al día siguiente". La falta de sueño, agrega, "afecta sus capacidades de concentración y produce una disminución del rendimiento académico. Además, influye en su estado de ánimo y en su comportamiento en el colegio, afectando sus interacciones con compañeros y profesores".
Factores que pueden afectar el sueño en la infancia
Para garantizar un descanso adecuado, Baixauli recomienda establecer rutinas diarias y controlar la hora de acostarse. "El ambiente para conciliar el sueño debe ser tranquilo, silencioso, oscuro y con una temperatura que no supere los 20 grados", explica. También advierte sobre la importancia de evitar ciertos hábitos que pueden afectar la calidad del sueño, como el consumo de bebidas con cafeína o chocolate en la tarde y la práctica de actividad física intensa justo antes de dormir.
Asimismo, destaca que "el uso de la televisión para conciliar el sueño o la exposición de más de dos horas al día a una pantalla son factores que favorecen la vigilia". Mantener un equilibrio entre actividad física, alimentación y hábitos de descanso adecuados puede contribuir significativamente al bienestar infantil y a su rendimiento académico.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Pexels
Comentarios