Noticias

Liuba María Hevia y su compromiso con la infancia a través de la música

publisher

mcora

La guitarra apareció temprano en la vida de Liuba María Hevia. No fue su padre quien la introdujo en la música, sino su madre, una gran aficionada que llenaba la casa con sonidos de música clásica, tradicional y latinoamericana. Para ella, ese instrumento fue "el diamante más grande del mundo", como José Arcadio Buendía llamó al hielo en "Cien años de soledad".

Desde entonces, la guitarra y la composición han sido su eje. Integrante del Movimiento de la Nueva Trova, Hevia ha desarrollado una carrera como cantautora y ha dedicado gran parte de su trabajo a la música infantil.

Su repertorio no solo se ha presentado en escenarios tradicionales, sino también en hospitales, casas de abuelos y hogares de niños sin amparo filial.

Un vínculo temprano con la música

El primer contacto de Hevia con la guitarra se convirtió en una obsesión. Aprendió algunos acordes gracias a una amiga de la escuela y su madre la inscribió en el taller de Leopoldina Núñez, donde fue aceptada con una alta calificación a pesar de no haber recibido preparación previa. Sin embargo, la falta de un instrumento propio le impidió comenzar las clases, lo que fue un momento difícil para ella.

Con el tiempo, su familia logró comprarle una guitarra y su formación continuó con profesores como Amado Pestaña y Vicente González Rubiera, conocido como Guyún.

"La guitarra fue para mí un hallazgo que se convirtió en una obsesión", recordó. "Guyún me transmitió cuán infinita puede ser la música".

La familia ha sido un tema recurrente en su obra. Canciones como "Con los hilos de la luna", dedicada a su abuelo, y "Nunca olvido", escrita para su abuela, reflejan esa influencia. "La familia es centro de equilibrio emocional, la armonía del alma", explicó. También ha abordado el tema de la emigración en su música, resaltando la capacidad de quienes dejan su país para reconstruir su vida sin perder su identidad cultural.

Hevia considera que componer para niños es una tarea exigente. "Es uno de los trabajos más difíciles y hermosos, arriesgados y responsables", afirmó. Para ella, la infancia es una etapa donde la imaginación y la creatividad son esenciales, y la música debe estar a la altura de esa experiencia.

"Los niños no se guardan nada por formalidad", explicó. "Es un público que te enfrenta con la verdad, la honestidad y la exigencia de ofrecer lo mejor de tu cultura".

Desde 1989, desarrolla el proyecto "Mi niña imaginada", inicialmente junto a la poetisa y compositora Ada Elba Pérez. La iniciativa comenzó en el Hospital Fructuoso Rodríguez, donde los niños ilustraban las canciones que escuchaban. Con los años, se expandió a barrios y salas de oncología infantil, convirtiéndose en parte fundamental de su trabajo.

"Regalar alegría y esperanza es un privilegio", comentó sobre su experiencia en estos espacios. "Es una prioridad del alma".

En 2015, Hevia creó "Alma creadora", un encuentro inspirado en el Festival de Cantautoras de Nicaragua, organizado por Katia Cardenal. El objetivo es reconocer el trabajo de compositoras de distintas generaciones y promover el intercambio artístico. "Es un espacio de crecimiento y aprendizaje", explicó.

La Nueva Trova y su impacto en su carrera

Hevia creció escuchando a los fundadores del Movimiento de la Nueva Trova, lo que influyó en su decisión de dedicarse a la música. "Crecí escuchando grandes canciones que me enamoraron de la guitarra", comentó.

Ha trabajado con figuras como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Carlos Varela, y considera que este movimiento aportó un enfoque poético y variado a la música cubana.

Además de su carrera musical, ha incursionado en la literatura con el libro infantil "Mi niña imaginada", publicado en 2022. "Es una casa de papel donde caben todas las palabras que existen", describió. El libro combina canciones, ilustraciones de Lidia Morales y códigos QR para acceder a contenido audiovisual.

"La idea era vincular la historia de la canción con una ilustración o un animado", explicó sobre el proyecto.

Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF

En 2012, Hevia fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF en Cuba. "Es un honor y una responsabilidad mayor", afirmó. Desde ese rol, ha continuado su labor en defensa de los derechos de la infancia y la promoción de la música como una herramienta de desarrollo emocional.

Para ella, es fundamental que los niños tengan acceso a música adecuada a su edad. "La música educa y exacerba los valores espirituales a través de la belleza y el disfrute", afirmó. "Un niño que tenga contacto con lo mejor de nuestra cultura va a ser más sano, sabio y sensible ante cualquier reto de la vida".

En un contexto donde las tendencias musicales han cambiado, Hevia considera que es necesario seguir defendiendo espacios para la música infantil de calidad. "Hay que procurar que las tendencias exentas de valores no predominen en su entorno", sostuvo. "Es importante ser parte de su espacio y encontrar el modo de conectar con ellos desde su edad".

© SomosTV LLC-NC / Photo: © UNICEF

Comentarios

Leave a Reply

NOTICIAS DESTACADAS