La importancia de las palabras en el desarrollo emocional de los niños (I)
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Lucia
En el Centro de Psicología "Inteligencia Activa", los profesionales mantienen conversaciones diarias con los niños utilizando frases y expresiones que tienen un poder significativo en su autoestima y desarrollo emocional. Aunque a veces no seamos conscientes, el lenguaje que utilizamos puede transmitir mensajes erróneos con un impacto negativo en la personalidad de los más pequeños.
El proyecto "Dale una Vuelta", una iniciativa conjunta entre el Centro de Psicología "Inteligencia Activa" y Meridiano Seguros, lanzado a principios de mayo, busca cambiar el enfoque del lenguaje utilizado en las conversaciones con los niños. Invita a la ciudadanía a participar en la recogida de frases o expresiones comunes que necesiten un cambio, a pesar de estar arraigadas en el lenguaje. Hasta ahora, se han recibido más de 400 propuestas.
Sonia Carricondo, responsable de Comunicación y RSC de Grupo ASV, al que pertenece Meridiano Seguros, explica que el objetivo es dar visibilidad a la relevancia que tiene el uso adecuado del lenguaje en niños y adolescentes, y cómo los adultos pueden ser responsables de algunos prejuicios que afectan el desarrollo de los más pequeños.
Las frases seleccionadas fueron debatidas y reflexionadas en un Focus Group en el que participaron profesionales de la educación, salud mental, familias, niños, niñas y adolescentes. El contenido del proyecto y la sesión de reflexión se puede visualizar en las redes sociales de Meridiano Seguros.
Los psicólogos explican el poder y las consecuencias de algunas de las frases más frecuentemente utilizadas en las conversaciones con los niños:
"¿De verdad lo has hecho tú?": Implica falta de seguridad en sí mismo/a y puede llevar al niño a pensar que no cuentan con la confianza de sus padres.
"Me vas a volver loco/a": Carga al niño con una gran independencia emocional, haciéndolos sentir culpables del bienestar ajeno.
"No llores, que no es para tanto": Dificulta la comprensión de sentimientos y puede hacer que el niño sienta que se desautorizan sus emociones.
"Qué ganas de que acaben las vacaciones y vuelvas al colegio. Estoy harto/a de ti": Fomenta la baja autoestima, haciendo que el niño sienta que es responsable del malestar de su familia.
"Eres un/a niño malo": Hace que el niño piense que es "defectuoso"
y que no puede cambiar su comportamiento.
"No sé ni para qué me molesto, ¡esto no se te da bien!": Genera dependencia, inseguridad y baja autoestima, haciéndoles dudar de sus capacidades.
"Ya verás cuando lleguemos a casa": Crea problemas de autoridad y el niño puede intentar complacer a otros para evitar el castigo.
"Déjate de tonterías": Provoca pasividad y falta de iniciativa, haciendo que el niño deje de creer en sus sueños.
"Tu hermano/a no hace esas cosas. Deberías aprender de él/ella":
Daña la autoestima, ya que el niño se compara con otro modelo que considera inalcanzable.
"Deja de portarte como un crío. Madura de una vez": Genera ansiedad e insomnio y puede hacer que el niño se sienta excesivamente responsable y autoexigente.
Para mejorar la comunicación con los niños, es esencial cambiar este tipo de frases negativas por alternativas más positivas. Algunos consejos para ello incluyen hablar con claridad, centrarse en el comportamiento y no en la forma de ser del niño, apoyarles emocionalmente y evitar el chantaje como método de castigo o recompensa.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Pavel Danilyuk / Pexels
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