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Enseñan a niños preescolares a gestionar emociones antes que números

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En el jardín infantil "Korchagin", en Skopje, un grupo de niños elige cada mañana un emoji pegado en la puerta: una carita feliz, triste o sorprendida. Este simple ritual es parte de un programa respaldado por UNICEF, el Gobierno británico y el Ministerio de Trabajo y Política Social de Macedonia del Norte, que busca fortalecer las habilidades socioemocionales en la primera infancia. La iniciativa, piloto en 30 centros educativos, prioriza el desarrollo emocional sobre el académico. "Antes de rimas o números, deben aprender a expresar lo que sienten", explica Rosa Cvetanovska, educadora en "Korchagin".

Cvetanovska, formada para liderar el proyecto, utiliza juegos cooperativos y ejercicios físicos para enseñar a reconocer emociones. En una actividad reciente, los niños dibujaron colectivamente un corazón gigante. "Cuando pregunto qué les evoca, responden: 'a mamá, a papá, a ti...'. Aún no entienden palabras como 'amor' o 'tristeza', pero capturan el sentimiento", comenta. La ciencia respalda este enfoque: estudios citados por UNICEF indican que una base emocional sólida en la infancia predice mejores interacciones sociales en la adolescencia.

El programa incluye técnicas como movimientos felinos para mejorar la concentración o ejercicios de respiración que, según Rosa, "estimulan el control de impulsos". Pero no solo se trata de los niños: "Los educadores primero debemos gestionar nuestras propias emociones. Si no sabemos reconocer la frustración o la alegría, ¿cómo enseñaremos a hacerlo?".

Un desafío clave es traducir conceptos abstractos a lenguajes infantiles. Los menores del "Korchagin" aún no definen "sorpresa" o "frustración", pero las representan con muecas durante juegos. "Identifican la emoción aunque no la nombren", precisa Cvetanovska.

El proyecto también confronta mitos educativos. "El cariño es crucial, incluso en días difíciles o cuando se portan mal", subraya Rosa. Un ejemplo: cuando un niño llora, en lugar de reprenderlo, se le pregunta qué emoji elegiría y por qué. Así, según la educadora, se construye empatía. "Aprenden a leer las caras de otros. Eso los hará adultos más considerados", afirma.

La iniciativa, que podría escalarse a nivel nacional, coincide con tendencias globales. En 2023, la OCDE recomendó incluir habilidades socioemocionales en currículos preescolares, tras hallar que el 68% de docentes en 34 países las consideran "tan vitales como la lectoescritura".

Mientras, en Skopje, Rosa observa cambios sutiles: menos rabietas, más abrazos espontáneos entre niños. "Si renaciera, volvería a ser educadora infantil", dice. Su mayor logro, según cuenta, es que un alumno tímido ahora diga: "Profe, hoy elegí el emoji enojado... ¿me ayudas a respirar?".

© SomosTV LLC-NC / Photo: © UNICEF

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