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El rasgo común de niñas y niños más inteligentes

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Lucia

Diversos estudios científicos han demostrado una relación interesante entre la inteligencia y la frecuencia de las mentiras en los niños.

Según investigaciones lideradas por el psicólogo Michael Lewis, profesor de Pediatría y Psiquiatría en la Universidad Rutgers, los niños con mayor coeficiente intelectual tienden a mentir más que aquellos con un coeficiente más bajo, dice Ser Padres.

Inteligencia y Mentira: Una Relación Evidente

Michael Lewis, a través de sus estudios, ha identificado que no solo el coeficiente intelectual influye en la propensión a mentir, sino también la inteligencia emocional y otras capacidades como el juicio moral y las funciones ejecutivas. Alberto Soler, psicólogo y coautor de ‘La gran guía de la crianza’, explica que los niños que puntúan más alto en estas variables suelen mentir con mayor frecuencia.

La Corteza Cerebral y el Engaño

El tamaño de la corteza cerebral parece estar relacionado con la capacidad para mentir. En primates, a mayor uso del engaño, mayor tamaño del neocórtex. Este patrón también se observa en los humanos, indicando que la habilidad para mentir podría estar ligada al desarrollo cerebral.

Estudios sobre la Mentira en Niños

Un estudio publicado en 1989 por la Asociación Americana de Psicología examinó la capacidad de los niños de tres años para engañar. Los investigadores pidieron a los niños que no miraran un juguete mientras ellos salían de la habitación. La mayoría de los niños negó haber mirado el juguete, aunque su comportamiento facial y corporal no diferenciaba a los que mentían de los que decían la verdad. Esto sugiere que desde temprana edad, los niños comienzan a aprender a ocultar sus expresiones emocionales.

Otro estudio de Michael Lewis y su equipo mostró que, a los dos años, solo el 38% de los niños mentían, cifra que aumentaba al 90% a los tres años. A partir de los cinco años, todos los niños observados en el estudio mentían en alguna ocasión.

El Papel de los Padres

Alberto Soler señala que todos los niños mienten, pero la naturaleza de sus mentiras puede variar. Los niños pueden mentir para protegerse a sí mismos, para evitar causar daño a otros o incluso para proteger a alguien más. Soler sugiere que los padres pueden influir en el comportamiento de sus hijos predicando con el ejemplo y no castigándolos severamente cada vez que mienten. En lugar de ello, es importante crear un ambiente donde los niños se sientan seguros para decir la verdad.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © Bing IG

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