Atribuyen problemas de salud mental en niños y adolescentes a crisis climática
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Lucia
En un artículo publicado en El Economista, el Grupo de Salud Mental, Ambiental y Urbana de la Asociación de Psiquiatras de Argentina (APSA), relaciona el aumento de problemas de salud mental entre menores al calentamiento global.
El cambio climático es la mayor amenaza para la salud de la población mundial del Siglo XXI. Sus consecuencias sobre las personas, así como sobre sociedades vulnerables, son una preocupación para toda la comunidad científica. Los eventos climáticos extremos: el aumento de las temperaturas, las olas de calor, las inundaciones, los tornados, los huracanes, las sequías, los incendios, la pérdida de bosques y glaciares, junto con la desaparición de los ríos y la desertificación, pueden causar directa e indirectamente patologías humanas tanto físicas como mentales.
Si bien hay muchas personas cada vez más preocupadas por nuestro planeta, debemos señalar que la mayor carga recae sobre los jóvenes, y ellos son los que más la están sintiendo. No es casual la involucración de jóvenes cada vez más niños en el activismo por el cambio climático.
Los niños y jóvenes están mostrando niveles crecientes de problemas de salud mental debido a la crisis climática, caracterizados por sentimientos de tristeza, culpa, cambios en el sueño y el apetito, dificultad para concentrarse, desconexión, aumento de las tasas de agresión y violencia.
Experimentan una gran cantidad de efectos directos e indirectos del cambio climático y esto afecta su bienestar mental de formas diversas y complejas. Los jóvenes también tienen percepciones variadas sobre el cambio climático en función de su ubicación social y muchos se enfrentan a sentimientos de inmensa preocupación y ansiedad ecológica.
Según la Asociación Americana de Psicología se define como "eco ansiedad" al temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones.
Cabe destacar que la eco ansiedad o ansiedad por el cambio climático no es una enfermedad mental. Sin embargo, es una variable que empeora cuadros de enfermedad mental.
Desarrollar resiliencia es esencial para abordar los impactos del cambio climático en la salud. Los programas de salud mental deben incluir medidas de mitigación y de adaptación para reducir el impacto que tiene el cambio climático en la población.
La ansiedad climática es una experiencia colectiva y nuestros jóvenes se beneficiarían al tener un mayor lugar en el discurso social en el que sus pensamientos y sentimientos sean respetados y validados y sus preocupaciones sean abordadas por quienes están en posición de poder y toma de decisiones.
La Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció al medio ambiente limpio, sano y sostenible como un derecho humano fundamental en julio de 2022. La emergencia climática fue declarada por psiquiatras de Londres en 2021, y la Asociación de Psiquiatras de Argentina (APSA) lo hizo en abril de 2022.
Está demostrado que los espacios verdes y el contacto con la naturaleza no solo bajan la temperatura del ambiente, también mejoran las funciones psicobiológicas básicas, disminuyen el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular, reducen la ansiedad y la fatiga y protegen contra la ansiedad y la depresión.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Blemished Paradise / Flickr
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