En Clarín, el psicólogo y coordinador de Mindfulness en INECO, Martín Reynoso, escribió sobre varios libros que tratan sobre la “educación para la vida emocional” de los niños.
Pensemos en la emoción como una energía vital para tomar decisiones y llevar adelante conductas en nuestro ambiente, que siempre nos acompaña y va modificándose, desde una base inicialmente biológica, por las interacciones que vamos construyendo desde la díada niño-cuidador. Como bien han puntualizado investigadores de este tema, las emociones pueden ser “educadas”, “modeladas” y de esa forma canalizadas por vías saludables. No sólo las emociones aflictivas deben ser objeto de nuestra atención sino también las altruistas, las más típicamente humanas y que incrementan nuestra empatía con las demás personas y nuestra prosocialidad.
Hoy quiero traerles tres propuestas muy interesantes para que conozcan qué se hace al respecto por nuestras latitudes.
- "Dos casas para Antonia" es un muy interesante abordaje del ya consabido y bastante difundido tema del divorcio de los padres, aunque con una visión distinta. El libro de mi colega Bruno Solari se llama “Antonia ahora vive en dos casas” y está orientado a contarle a un(a)
niño(a) la historia del proceso de la separación de sus padres poniendo especial énfasis en lo que le ocurre al padre en este proceso, el cual las más de las veces debe dejar la casa familiar y habilitar otro espacio para vivir y estar con ellos(as). Además de la visión reflexiva del tema, Bruno propone llevar la mirada a la visión del padre, “al constatar que su versión suele estar silenciada (no narrada), muchas veces porque los hombres no están muy acostumbrados a hablar de sus dolores y, cuando se ven enfrentados a procesos tan dolorosos como el divorcio, sienten que no cuentan con muchas herramientas para abordarlo y hablarlo con sus hijos (as)” refiere el autor.
Además, el libro está pensado como una bitácora para que el niño(a) vaya registrando el proceso y pueda volver a revisarlo cada vez que lo desee.
Para ésto cuenta con preguntas que apuntan a potenciar su reflexividad.
Por ejemplo: ¿cómo fue la primera noche que pasaste en la casa nueva de tu papá? Con estas preguntas se invita a que padres e hijos puedan conversar sobre este difícil proceso.
- "Intensamente / Inside-Out" fue una sensacional película que nos dejaron los estudios Pixar sobre la experiencia de las emociones en una púber de 11 años. Allí, las emociones básicas (según el modelo de Paul
Eckman) interactuaban continuamente e intentaban conducir la vida emocional de la protagonista. En una línea similar, “Historias para SER”
es una colección de cuentos de mi colega Bárbara Schmith junto con Jimena Saraviay que cuenta cómo los kukitos, divertidos personajes, enseñan a los niños acerca de las diferentes emociones. Con cada cuento los niños logran identificarse y así poder expresar lo que les pasa y ser al mismo tiempo empáticos con los demás.
Los kukitos son unos personajes que viven en kukitolandia, un planeta en donde les tocan vivir experiencias parecidas a los niños de nuestro mundo.
Bárbara y Jimena coordinan además actividades para escuelas y profesionales de la salud en su espacio creSer, brindando recursos para el trabajo con las emociones de los niños.
- También: "El secreto de Emilia. Mindfulness para niños y niñas". Este hermoso libro parte de una reflexión clave que nos hace su autora, mi colega Marina Lisemberg: “Cuando los niños se conectan con su cuerpo y sus emociones sin ser arrastrados por ellas, pueden aprender a activar mejor sus recursos. Disfrutan más jugar, crear y descansar. Los chicos focalizan su atención, están menos impulsivos, aprenden a cuidarse a sí mismos y al mundo que los rodea. No siempre serán capaces de cambiar lo que les pasa o las emociones o ideas que tengan, pero sí es factible que aumenten de forma natural sus posibilidades de sentirse mejor siendo como son y aceptando lo que sienten”.
El mindfulness para niños es una realidad en buena parte de nuestro planeta, y en California, por ejemplo, una práctica educativa incorporada a la currícula escolar.
¿Para qué les sirve practicar mindfulness a los niños? Marina destaca:
Para incrementar la atención.
Para controlar el estrés y la ansiedad.
Para entender sus emociones.
Para mejorar su conexión con los demás.
Para desarrollar la capacidad de estar presentes en cada situación de la vida.
Para sostener conscientemente y con ternura el registro de pensamientos, sensaciones físicas y emociones, expectativas y deseos.
Para descubrir lo que les gusta y lo que no, lo que pueden hacer y lo que les cuesta.
Para encarar los ritmos acelerados en la escuela, el ajetreo en casa o una situación personal que les presente un desafío relacionado con la salud o con los vínculos afectivos.
Y también lo visualiza como un potencial para las escuelas: “Lo más importante es que descubran la práctica con su experiencia personal. No es recomendable condicionarlos ni inducirlos a ningún resultado particular. Nada mejor que la experiencia de conectarnos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo que nos rodea; para poder estar presentes, atentos y disponibles. El cuento nos sensibiliza y nos invita a identificar e integrar en el cuerpo lo que sentimos y lo que pensamos.
Es un primer paso para aprender a transitar y aceptar lo que nos toca vivir.
Consejo: no se pierdan la oportunidad de leer y aprender junto a sus hijos, que nosotros como adultos también necesitamos conocer y gestionar mejor nuestras emociones.
Photo: © Penguin Libros
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