
Y si tu niño se ríe cuando le regañas
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En el ámbito de la crianza, existe un momento que desconcierta a muchos padres: el instante en que, tras llamar la atención a un niño por un comportamiento inadecuado, la respuesta del pequeño no es el llanto o la seriedad, sino una risa que parece inoportuna. Esta reacción suele interpretarse como un desafío o una falta de respeto, pero según expertos en desarrollo infantil, en realidad se trata de un mecanismo psicológico completamente diferente.
La comunicadora y especialista en maternidad Aránzazu Santos López, creadora del podcast "@lavozdemama", aborda este fenómeno en sus redes sociales. "¿Alguna vez regañas a tu hijo, y en vez de ponerse serio se ríe a carcajadas?", plantea la experta a su audiencia. "Tranquila, es algo que sucede muy a menudo y no, no se está burlando de ti".
Según explica Santos López, esta respuesta aparentemente incongruente funciona como un "escudo emocional" que el cerebro infantil activa de manera automática. Lejos de ser un acto de rebeldía consciente, la risa representa un mecanismo natural para liberar la tensión acumulada durante una situación que el niño percibe como emocionalmente abrumadora. La especialista advierte, sin embargo, sobre la importancia de mantener la seriedad por parte del adulto: "Eso sí, no empieces a reírte tú, que te veo".
El proceso que se desarrolla en la mente del niño durante estos episodios es complejo. Ante el enfado de sus padres, el cerebro inmaduro del pequeño encuentra dificultades para procesar la situación mediante el razonamiento lógico o la verbalización de emociones. En su lugar, experimenta sensaciones de miedo y vergüenza que no sabe cómo gestionar adecuadamente. La risa emerge entonces como una válvula de escape ante un estrés que le resulta incontrolable.
En algunos casos, la desconexión entre la reacción del niño y la seriedad del momento puede deberse a que el pequeño simplemente no comprende la naturaleza del regaño. Su percepción del contexto puede llevarle a interpretar la situación como un juego, especialmente en edades tempranas donde la distinción entre interacciones serias y lúdicas no está completamente desarrollada.
Santos López recomienda a los padres enfrentar estas situaciones con calma. "Cuando el niño se ría en plena bronca, la experta recomienda respirar hondo y pensar que no es algo que hace en contra nuestro, sino que es su manera de regularse". Añade que, aunque resulte difícil, es fundamental "reconvertir su comportamiento sin reírnos".
El abordaje posterior a este tipo de episodios resulta crucial. Si el adulto responde a la risa del niño con un nuevo regaño, se crea un ciclo de angustia que puede dificultar el aprendizaje que se pretendía transmitir inicialmente. La clave, según los especialistas, reside en comprender que se trata de una reacción involuntaria y en mantener la capacidad de autocontrol por parte del adulto.
"Tu hijo no se ha vuelto humorista de repente", concluye Santos López en su reflexión. "Recuerda que sobrevivirás a otra situación emocionalmente intensa". Esta perspectiva invita a los padres a reinterpretar estas respuestas aparentemente desafiantes como lo que realmente son: manifestaciones de inmadurez emocional que requieren guía paciente más que represión inmediata.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © La Voz de Mamá
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