Noticias

Vitamina D, hierro, calcio y ácidos grasos, fundamentales en la primera infancia

publisher

mcora

En la primera infancia también debes preocuparte por su dieta. Un reportaje del diario El Mundo, analizado junto al doctor Jaime Dalmau Serra, Jefe de sección de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías, revela que ésta suele presentar carencias significativas. Según Dalmau, existe “una ingesta insuficiente de hierro, ácidos grasos poliinsaturados, DHA y vitamina D”.

El especialista advierte que el impacto de estas deficiencias no siempre es inmediato o fácil de diagnosticar. “Lo que ocurre es que cuando hay deficiencias parciales puede haber consecuencias a medio/largo plazo que no son medibles con unos análisis ordinarios”. Esta afirmación sitúa la alimentación en la primera infancia como una cuestión de prevención, donde las decisiones diarias construyen los cimientos de un desarrollo saludable.

Uno de los nutrientes más críticos es la vitamina D, cuyo déficit afecta a prácticamente el 100% de los niños entre uno y tres años. Para compensarlo, se recomienda el consumo de alimentos grasos como ciertos pescados o huevos, y la incorporación de productos enriquecidos, dado que la leche de vaca común no contiene esta vitamina. Además, la exposición diaria a la luz solar es fundamental, ya que la piel sintetiza esta vitamina de manera natural.

El hierro emerge como otro pilar indispensable. El doctor Dalmau explica que este elemento “interviene como co-factor en muchas reacciones dentro del metabolismo y en el desarrollo del cerebro y la evolución de las neuronas”. Su insuficiencia continua puede manifestarse años después, alrededor de los seis años, en problemas neurológicos relacionados con la conducta o la memoria. Para asegurar su aporte, es necesario incluir en la dieta cantidades recomendadas de carne, pescado e incluso algunas vísceras, a pesar de la posible reticencia de los niños. Las leches infantiles también se presentan como un apoyo al aportar hierro extra en su composición.

El calcio, cuyo aporte principal proviene de los lácteos, requiere especial atención cuando el niño deja de ser lactante. En esta etapa, es fácil encaminarse hacia un déficit importante. Por ello, se subraya la necesidad de que “el pediatra conozca a fondo la dieta del niño y programe su alimentación para así recomendarle una leche adecuada”, adaptándose a sus posibles carencias específicas.

Finalmente, el DHA (ácido docosahexaenoico), un tipo de ácido graso omega-3, es descrito como un nutriente esencial para el desarrollo cerebral, que experimenta su mayor crecimiento desde el vientre materno hasta los tres años de vida. Se encuentra en la leche materna, en pescados grasos como el salmón o el atún, y en alimentos enriquecidos. La prevención puede iniciarse incluso antes del nacimiento, ya que “durante el embarazo podemos empezar a prevenir la carencia de DHA consumiendo pescado con frecuencia”. Una ingesta suficiente de este elemento puede ayudar a prevenir problemas de visión y neurológicos a largo plazo, cerrando un círculo donde la nutrición deja de ser solo una cuestión del presente para convertirse en una inversión de futuro.

© SomosTV LLC-NC / Photo: © swruler9284

Comentarios

Leave a Reply

NOTICIAS DESTACADAS