
Tercera parte de los niños tendrán sobrepeso en 2050
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Una reciente investigación publicada en la revista The Lancet advierte sobre un crecimiento sostenido y preocupante del sobrepeso y la obesidad infantil a nivel mundial. El estudio, que analizó datos de 204 países entre 1990 y 2021, proyecta que para el año 2050 aproximadamente un tercio de los niños y adolescentes estarán por encima del peso recomendado.
La proyección se inscribe en una tendencia que ya lleva décadas: en ese período, tanto en adultos como en menores, las tasas de sobrepeso y obesidad se han duplicado. La publicación señala que para 2050, alrededor del 60% de los adultos también estarán afectados. Ante este panorama, los investigadores piden medidas urgentes desde los gobiernos y los sistemas de salud pública, tanto para la prevención como para el tratamiento de estos casos.
“La epidemia global de sobrepeso y obesidad sin precedentes es una profunda tragedia y un monumental fracaso social”, expresó la autora principal del estudio, la profesora Emmanuela Gakidou, en un comunicado.
En él se añade que los datos por país permiten identificar poblaciones prioritarias que requieren intervención inmediata, así como otras que deberían ser objeto de estrategias preventivas.
Pero no todas las voces coinciden con la manera en que el estudio plantea el problema. La pediatra Wendy Schofer, fundadora de Family in Focus, cuestiona el lenguaje utilizado. “El estudio proyecta un aumento en la prevalencia de la obesidad tanto en adultos como en niños en todo el mundo, y lo presenta como un fracaso social. Pero calificarlo como ‘tragedia’ resulta dañino para las personas que viven en cuerpos más grandes”, advierte.
Schofer considera que el debate debería girar hacia qué cambios se pueden implementar ahora mismo para fomentar la salud infantil, más allá del enfoque centrado exclusivamente en el peso. “Esto comienza en casa, mucho antes de que se vea reflejado a nivel social”, afirma. Y propone hablar de alimentos nutritivos, espacios seguros para jugar, actividades creativas, y de relaciones positivas con la comida y el cuerpo, en lugar de centrarse únicamente en cifras o diagnósticos.
Según la Academia Americana de Pediatría, los niños con un índice de masa corporal dentro de las categorías de sobrepeso u obesidad presentan mayores riesgos de padecer afecciones como diabetes tipo 2, apnea del sueño, presión arterial elevada o problemas articulares. El tratamiento temprano puede reducir estos riesgos, pero los especialistas advierten que una atención excesiva al tamaño corporal puede inducir vergüenza y trastornos alimentarios.
En este sentido, el doctor Ilan Shapiro, pediatra en AltaMed Health Services y responsable de un programa sobre obesidad infantil, insiste en la necesidad de cambiar el enfoque. “Como pediatra, como padre, y como alguien que fue un niño con sobrepeso, veo el impacto profundo que puede tener esta investigación, pero solo si la abordamos con compasión y perspectiva”, explica.
Para Shapiro, la clave no está únicamente en contar calorías. “La salud infantil también depende del entorno en el que crecen: qué comen, dónde juegan, cómo duermen, su salud mental y los ejemplos que ven en casa”.
El pediatra propone una estrategia basada en lo que llama “conexión antes que corrección”. Sugiere evitar frases como “tienes que comer mejor” y optar por alternativas como “nuestros cuerpos son increíbles, vamos a buscar alimentos que nos hagan sentir fuertes y concentrados”.
También propone preguntas que ayuden a reflexionar, como “¿ese refrigerio te dio energía o te hizo sentir con sueño?”, o involucrar a toda la familia en pequeños cambios, diciendo “vamos a intentar tomar más agua esta semana”.
“Los niños imitan lo que ven, no solo lo que oyen”, añade Shapiro. “Por eso, lo más eficaz es que nos vean elegir movernos, disfrutar frutas y verduras, y hablar bien de nuestros propios cuerpos”.
Entre las recomendaciones prácticas, el pediatra sugiere hacer del movimiento algo lúdico y compartido —como caminatas en familia o juegos en el parque—, cocinar con los hijos, incorporar el descanso como parte de una rutina saludable, y buscar sustituciones alegres en lugar de imponer restricciones. “La salud debe ser un esfuerzo en equipo”, concluye. “Si los niños nos ven intentarlo, reírnos, equivocarnos y volver a intentar, entenderán que el bienestar no es perfección: es constancia, curiosidad y cuidado”.
Ante cualquier duda sobre el desarrollo físico o emocional de los niños, los expertos recomiendan acudir a pediatras que tengan un enfoque afirmativo y sensible al cuerpo, o a especialistas en salud mental si hay señales de problemas con la imagen corporal o trastornos alimentarios.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Cottonbro Studio-Pexels
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