Enseñar a los niños a preparar el equipaje desde pequeños es una de las cuestiones más útiles que puedes transmitirle para el futuro. Pero, ¿por dónde empezar a enseñarles y qué recomendaciones tener en cuenta? Bebés y Más nos da todas las claves.
Si queremos enseñar a nuestro hijo a responsabilizarse de su propio equipaje, lo idea es que tenga su propia maleta o mochila donde guardar las cosas que va a llevarse.
Esta idea no solo resulta más práctica y cómoda para todos a nivel organizativo, sino que la responsabilidad que debe asumir el niño se extiende más allá de preparar únicamente su equipaje, ya que también debe hacerse cargo de él en todo momento.
Lógicamente, todo va a depender de la edad que tenga el niño, pero por lo general suelen aceptar de buen grado responsabilizarse de su propia maleta, máxime si ellos han podido elegir su diseño.
En este sentido, conviene elegir maletas cómodas, que lleven ruedas y sean fáciles de transportar por el niño.
Antes de empezar a guardar cosas en la maleta, es necesario elaborar una lista de todo lo que vamos a necesitar en nuestras vacaciones. Recuerda la importancia de ceñirse a lo estrictamente necesario y olvidar los "por si acaso".
Este sencillo ejercicio no solo evitará que nos olvidemos de cosas importantes, sino que ayudará al niño a centrar su atención en lo que está haciendo y a adquirir el hábito positivo de hacer una checklist, algo que sin duda le será de gran ayuda en su entorno académico.
Hacer la maleta por partes
Si es la primera vez que el niño participa en la preparación de su equipaje, lo más recomendable es empezar poco a poco y pedirle que se encargue únicamente de una parte.
Y es que cuando no tienes experiencia en algo, enfrentarte de golpe a ello en su totalidad puede resultar apabullante. Por eso, si queremos que la experiencia sea positiva y enriquecedora para el niño, y además le sirva de aprendizaje y entrenamiento para el futuro, es mejor comenzar segmentando por parcelas.
Así, por ejemplo, podemos pedirle que se encargue únicamente de preparar su bolsa de aseo. Cuando haya terminado, si muestra interés en seguir ayudando, podría ocuparse de guardar su ropa de baño, a continuación de elegir los juguetes que quiera llevarse... y así hasta concluir toda la maleta.
Un paso más a la hora de que tu hijo prepare un equipaje completo es guardar la ropa que va a necesitar durante las vacaciones.
Un truco que funciona muy bien para no olvidarse nada - y que además resulta muy divertido para los peques - es preparar un conjunto para cada día que estemos fuera (o según nosotros lo consideremos).
Podemos pedirle que vaya extendiendo los conjuntos de ropa en la cama, bien definido cada uno de ellos (debe contar con ropa interior, camiseta, pantalón/vestido/falda). Este ejercicio no solo potencia la autonomía del niño, sino que poder elegir la ropa con la que va a vestirse durante sus vacaciones refuerza su autoestima, personalidad y creatividad.
La maleta debe estar ordenada
Hacer una maleta no es guardar todas las cosas sin ningún orden ni concierto, como se suele decir, sino que es necesario establecer una lógica que nos permita identificar en un primer golpe de vista todo lo que llevamos y nos ayude a colocar las cosas correctamente cuando deshagamos el equipaje.
Las maletas o mochilas con diferentes compartimentos y bolsillos son una gran opción para mantener nuestro equipaje ordenado, aunque también podemos recurrir a bolsas con cierre zip de diferentes tamaños.
Por otro lado, es necesario que el niño tenga presente que el equipaje que lleve debe entrar íntegramente en su maleta o mochila, por lo que tendrá que saber elegir la ropa con acierto, así como doblarla correctamente para que no se arrugue y ocupe el menor espacio posible.
Una vez que tu hijo haya terminado de preparar su equipaje, revisadlo juntos para aseguraros que no falta nada. En caso de que el niño sea muy pequeño y no pueda doblar la ropa sin ayuda, pídele simplemente que la extienda sobre la cama y después
Felicita a tu hijo por el trabajo realizado y hazle ver lo importante que ha sido su contribución y el excelente ejercicio de autonomía que ha supuesto para el.
Porque responsabilizarse de su propia maleta no es únicamente ayudar a papá y a mamá a aligerar la carga de tareas previas a las vacaciones, sino que es mucho más: es ganar confianza en uno mismo, sentirse capaz de hacer cosas importantes por el bien común y fomentar el sentido de la responsabilidad.
Puede que las primeras maletas que tu hijo haga no sean perfectas (de hecho, no es lo que debemos pretender) y muy probablemente echéis en falta alguna prenda o artículo cuando lleguéis a vuestro destino vacacional. En ese caso, recuerda la importancia de analizar con él/ella lo ocurrido desde un punto de vista positivo, con el fin de tomar buena nota para la próxima vez.
Photo: © Kathryn Greenhill / Flickr
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