Poesía literaria para los niños
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Lucia
La poesía no es solo un género literario; también es una forma de mirar la vida, como ha señalado María Teresa Andruetto en diversas ocasiones.
Esta manera de concebirla como una experiencia sensible, que trasciende las palabras y se convierte en gesto, encuentra eco en la reflexión de Mercedes Calvo, poeta y docente uruguaya. Ambas destacan el vínculo natural entre la infancia y la poesía, una conexión que se forja a través de arrullos, nanas y melodías, elementos cercanos a los primeros años de vida.
Según Calvo, la relación entre los niños y las palabras poéticas está mediada por una disposición intrínseca hacia el verso. Este vínculo, facilitado por las condiciones amorosas en la familia, puede desdibujarse con el tiempo debido a factores como la digitalización y una realidad hostil. Sin embargo, la lectura se presenta como un estímulo clave para preservar esa conexión, fomentando una mirada distinta hacia el lenguaje.
Andruetto afirma que, aunque no puede garantizarse que leer poesía conduzca a una sensibilidad específica, sí puede afirmarse que abre una perspectiva única hacia el uso de las palabras. Para los niños, la poesía puede ofrecer una experiencia lúdica y conmovedora, potenciada muchas veces por las ilustraciones y el formato de los libros diseñados para ellos.
Libros recientes que acercan la poesía a la infancia
Cuatro títulos recientes destacan por su enfoque en la infancia, cada uno con propuestas únicas que combinan versos, imágenes y diseño:
"¿Quién iba a decir?" (Portaculturas, 2024), de Valeria Tentoni y Mariana Ruiz Johnson
Este libro, de cuarenta páginas, invita a explorar preguntas y reflexiones propias de la infancia. Con una paleta bicolor que no limita la diversidad de tonos, el texto y las ilustraciones dialogan para invitar al lector a observar y dejarse cautivar por el universo que presentan. Las autoras logran condensar en pocas páginas un mundo de posibilidades que los niños pueden interpretar y experimentar de forma intuitiva.
"En mi jardín" (Rima limón, 2024), de María Clara Vickacka e ilustrado por Nini Malamud
Desde su portada, este libro evoca un espacio de calma y contemplación. Los poemas llevan al lector a un bosque lleno de detalles, animales y flores, donde el tiempo parece detenerse. Pensado para momentos de pausa, su contenido invita a escuchar, observar y cerrar los ojos para dejarse llevar. La biografía de las autoras, presentada como una metáfora jardinera, añade un toque de encanto al conjunto.
"Así duermen los delfines" (Ralenti, 2024), de Verónica Wiñazki y Sofía Wiñazki
En un formato cuadrado y de tonos celestes, este libro traslada al lector al mundo marino, siguiendo a dos delfines en una travesía poética. Cada estrofa del poema puede leerse como un fragmento autónomo, formando un conjunto que acompaña el momento previo al sueño. A través de sus versos, el libro relata un arrorró en el que el pequeño delfín lucha contra el sueño hasta ceder, finalmente, al descanso.
"¡Te encontré, yaguareté!" (Lecturita, 2023), de Silvina Palmiero y Emilia Marzi
Pensado para los más pequeños, este libro en cartoné combina un formato resistente con versos que presentan a animales como el yaguareté y el yacaré. Lejos de simplificar el lenguaje, invita a los bebés a familiarizarse con nombres complejos y paisajes coloridos. Con un tono alegre y una historia que culmina de manera sorprendente, este libro destaca por su capacidad de cautivar tanto a los niños como a los adultos.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Portaculturas
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