
Paternidad tóxica: Etiqueta y realidad
publisher
mcora
El término "personas tóxicas" se ha popularizado en los últimos años, especialmente en el contexto de las relaciones interpersonales. Sin embargo, su uso ha generado un debate entre expertos, quienes cuestionan su validez y advierten sobre los riesgos de etiquetar a las personas de manera simplista.
El origen del término se remonta a 1995, cuando Lillian Glass, especialista en comunicación y asesora de imagen, lo utilizó en su libro Toxic People. Aunque Glass no es psicóloga, su concepto ganó popularidad y se extendió rápidamente. Según los criterios que se han establecido, una persona tóxica sería aquella que no respeta los límites ajenos, ridiculiza a los demás, no admite su culpabilidad, manipula a través de la culpa y evita asumir responsabilidades por sus acciones.
Este término se ha aplicado a diversos tipos de relaciones, incluyendo parejas, amistades y, más recientemente, a la relación entre padres e hijos. Un artículo de Best Life identificó cuatro comportamientos que podrían definir a los padres como tóxicos:
-No respetar los límites de sus hijos, como invadir su privacidad o controlar excesivamente sus actividades.
-Utilizar la culpa como herramienta de manipulación.
-Negar sus errores y trasladar la responsabilidad a sus hijos.
-Emplear el tratamiento del silencio como forma de castigo.
Aunque estos comportamientos pueden generar tensiones y problemas en las relaciones familiares, algunos expertos advierten que etiquetar a alguien como "tóxico" es una generalización que puede ser contraproducente.
¿Existen realmente las personas tóxicas?
Gema Sánchez Cuevas, psicóloga, sostiene que es más adecuado hablar de "comportamientos tóxicos" que de "personas tóxicas". En un artículo publicado en La mente es maravillosa, Sánchez Cuevas explica que "ningún ser humano se reduce a algo tan generalista como ser 'bueno' o 'malo'".
Según ella, las listas que buscan identificar si alguien es tóxico pueden perjudicar más de lo que ayudan, ya que simplifican relaciones complejas y desvían la atención de los verdaderos problemas.
Mauricio Sánchez, psicólogo mexicano, coincide en esta perspectiva. En un artículo para la revista Mente y Ciencia, Sánchez argumenta que la generalización del término "personas tóxicas" ha llevado a que se use de manera excesiva y poco precisa. "Hemos manido tanto el término que lo generalizamos con lo más mínimo y, cuando realmente una relación es dañina, la vemos como una más", señaló.
Ambos expertos enfatizan la importancia de analizar las conductas específicas que pueden ser perjudiciales en una relación, en lugar de etiquetar a las personas de manera absoluta. Sánchez Cuevas recomienda reflexionar sobre cómo ciertos comportamientos nos afectan, hablar abiertamente sobre ellos y, si es necesario, buscar ayuda psicológica para abordar los conflictos.
El caso de los padres tóxicos
En el contexto de las relaciones familiares, el término "padres tóxicos" ha ganado relevancia. Sin embargo, los expertos advierten que aplicar esta etiqueta de manera generalizada puede ser problemático. Si bien es cierto que algunos padres pueden exhibir comportamientos dañinos, como la manipulación emocional o la falta de respeto a los límites, esto no significa que sean inherentemente "tóxicos".
"Todos hemos sido 'tóxicos' alguna vez", explica Sánchez Cuevas. "Todos hemos tenido problemas para reconocer nuestra culpabilidad o hemos decidido dejar de hablar con alguien al enfadarnos". Por ello, es crucial diferenciar entre comportamientos específicos que pueden ser perjudiciales y la idea de que una persona es intrínsecamente tóxica.
¿Cómo abordar los comportamientos problemáticos?
En lugar de etiquetar a las personas, los expertos sugieren enfocarse en identificar y abordar los comportamientos que generan conflictos. Esto implica:
-Reflexionar sobre las dinámicas relacionales: Analizar cómo ciertas acciones afectan el bienestar emocional y la calidad de las relaciones.
-Comunicarse abiertamente: Hablar sobre los problemas y establecer límites claros.
-Buscar ayuda profesional: En casos de conflictos persistentes, la terapia psicológica puede ser una herramienta valiosa para mejorar las relaciones.
En el caso de los padres, es importante reconocer que, aunque algunos comportamientos puedan ser dañinos, esto no define su identidad como personas. "Una lista de cinco criterios para definir por completo una relación entre padres e hijos es generalizar demasiado", advierte Sánchez Cuevas.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Kaboompics-Pexels
Comentarios