
Los trabalenguas emergen como herramienta educativa para el desarrollo del lenguaje infantil
publisher
mcora
En un mundo donde las pantallas dominan el tiempo de ocio infantil, los trabalenguas resurgen como una herramienta lúdica con beneficios tangibles para el desarrollo del lenguaje. Estas construcciones lingüísticas de sílabas reiterativas y sonidos complejos representan más que un simple pasatiempo: son ejercicios de gimnasia cerebral que mejoran la dicción, amplían el vocabulario y agilizan la lectura.
La psicopedagoga Elsa Cedeño detalla los aportes específicos de esta práctica ancestral: "Los trabalenguas además de divertir y entretener permiten ejercitar la memoria". Pero sus beneficios van más allá del entretenimiento momentáneo. Según la especialista, estos textos desarrollan la habilidad para pronunciar palabras complejas, especialmente aquellas con sílabas trabadas que suelen presentar dificultades para los lectores principiantes.
El valor pedagógico de los trabalenguas se extiende a múltiples dimensiones del desarrollo infantil. "El ejercicio continuado con las palabras ejercita la inventiva", señala Cedeño. "Decir y leer trabalenguas nos lleva a inventar y escribir nuevos trabalenguas", creando así un círculo virtuoso de creatividad lingüística.
La especialista hace especial hincapié en el contexto necesario para aprovechar estos beneficios. "Para formar lectores y gente que juegue, disfrute, con la palabra, se requieren espacios propicios para el disfrute del encuentro y compañía de la familia". Subraya la necesidad de crear "espacios libres de tecnología, televisión, computador, teléfono" para propiciar "juegos tranquilos, la escucha atenta".
Cedeño aboga por recuperar el "concepto comunicación y encuentro íntimo familiar exento de gritos, órdenes, críticas, señalamientos". Recomienda implementar "espacios frecuentes de tertulia, de conversaciones cálidas, cargadas de afecto, consideración, juegos, cooperación" como entorno ideal para practicar estos ejercicios lingüísticos.
El mecanismo de los trabalenguas resulta particularmente efectivo porque combina el desafío cognitivo con el aspecto lúdico. La dificultad en la pronunciación genera situaciones graciosas cuando los niños se equivocan, creando un ambiente de aprendizaje libre de presiones donde el error se convierte en parte divertida del proceso.
La práctica constante con estos textos no solo mejora la dicción inmediata, sino que sienta las bases para una comunicación más efectiva a largo plazo. Al enfrentarse repetidamente a combinaciones fonéticas complejas, los niños desarrollan una mayor conciencia fonológica y una mejor articulación, habilidades fundamentales para la lectura fluida y la expresión oral clara.
Existe además un creciente reconocimiento institucional de su valor educativo, manifestado en la publicación de libros infantiles especializados en trabalenguas que padres y educadores pueden utilizar como recursos pedagógicos. Estos materiales representan un puente entre la tradición oral y la educación formal, aprovechando el juego como vehículo de aprendizaje.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Amazon
Comentarios