
Las tareas domésticas en la infancia se vinculan a mayor felicidad y rendimiento académico
publisher
mcora
Un seguimiento a 10.000 niños durante cuatro años reveló que aquellos que realizan labores del hogar desde preescolar presentan mejor desempeño en matemáticas al llegar a tercer grado, además de mayor satisfacción vital y habilidades sociales. La investigación, citada por la cadena CNBC, subraya que estos beneficios son independientes del género, ingresos familiares o nivel educativo de los padres.
El análisis, cuyos detalles se publicaron en revistas especializadas en desarrollo infantil, midió ocho variables: rendimiento en matemáticas y lectura, autoestima, relaciones con pares, capacidad de resolución de conflictos, percepción de justicia social, y niveles de estrés y felicidad. Quienes colaboraron en tareas como hacer la cama, regar plantas o guardar platos desde los cuatro años mostraron un 17% más de probabilidades de alcanzar puntajes superiores en matemáticas, frente a quienes no asumieron responsabilidades domésticas.
Adam Grant, psicólogo de Wharton School of Business, explicó a través de su cuenta en X: “Encargar tareas a los niños refleja la confianza de los padres en sus capacidades. Esto construye autopercepción positiva, carácter y responsabilidad, claves para el éxito a largo plazo”. El experto vinculó estos hallazgos con estudios previos de Harvard, donde se asoció la participación temprana en quehaceres domésticos con mayor capacidad de liderazgo y colaboración en entornos laborales durante la adultez.
Más allá de las notas: impacto psicosocial
El 63% de los niños que realizaron tareas consistentes reportaron sentirse “muy satisfechos” con sus relaciones familiares, comparado con el 48% en el grupo sin responsabilidades asignadas. Para la psicóloga educativa española Silvia Álava, estos datos coinciden con observaciones clínicas: “Al contribuir al funcionamiento del hogar, los niños internalizan que son parte activa de un sistema. Esto reduce la centración en sí mismos y fomenta empatía”.
Un estudio paralelo de la Universidad Autónoma de Madrid (2023) con 2.500 familias encontró que niños que ordenan sus juguetes diariamente desarrollan antes la noción de secuencia lógica, habilidad base para operaciones matemáticas. “Clasificar calcetines o guardar cubiertos por tipo son ejercicios de categorización que estimulan el pensamiento abstracto”, señaló Álava.
Edades y tipos de tareas: ¿qué funciona?
Según la investigación, a los cuatro años los niños pueden asumir actividades sencillas sin supervisión constante:
-Poner servilletas en la mesa.
-Alimentar mascotas con medidas preestablecidas.
-Guardar ropa limpia en cajones bajos.
A los seis, tareas como doblar toallas, separar residuos reciclables o limpiar polvo con paños microfibra (menos riesgosos que los aerosoles) son viables. La neuropsicóloga infantil Marisa Fernández recomienda evitar frases como “ayúdame” y enmarcar las actividades como contribuciones valiosas: “En vez de ‘necesito que me ayudes’, decir ‘tu hermana pequeña aprenderá viéndote guardar los platos’ refuerza su sentido de competencia”.
Políticas educativas y desigualdades
Pese a los hallazgos, un informe de UNICEF (2024) advierte que en países de ingresos bajos, el 38% de los niños dedica más de cuatro horas diarias a tareas domésticas no remuneradas, afectando su escolarización. “El equilibrio es clave”, apunta Grant. “El estudio se refiere a responsabilidades acordes a cada edad, no a cargas que sustituyan el juego o el estudio”.
En contraste, en naciones como Corea del Sur y Finlandia, escuelas primarias han integrado módulos de “economía doméstica” donde los estudiantes rotan en roles como limpieza de aulas o preparación de meriendas. En España, solo el 12% de los colegios públicos incluyen estas prácticas, según el Ministerio de Educación.
Mientras el debate continúa, los datos sugieren que, cuando son proporcionales y voluntarias, las tareas domésticas no solo preparan para la autonomía adulta, sino que tejen redes de confianza y pertenencia. Como resume una madre participante en el estudio: “Ver a mi hijo enseñar a su hermano a separar la basura me hizo entender que, más que orden, está aprendiendo a cuidar de otros”.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Gustavo Fring-Pexels
Comentarios