Las consecuencias en la edad adulta de ser niños malcriados
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Lucia
Una crianza sin límites claros y normas definidas puede contribuir al desarrollo de comportamientos problemáticos en los niños, los cuales tienden a persistir en la adultez. Según un artículo publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los niños conocidos como "malcriados" suelen exhibir características como egocentrismo, inmadurez y comportamientos excesivos. Estas actitudes, si no se abordan a tiempo, pueden traducirse en dificultades significativas en la vida adulta.
Comportamientos Asociados con los Niños “Malcriados”
El sitio de salud MedicineNet amplía la descripción, señalando que estos niños tienden a ser maleducados, irrespetuosos y exigentes. Además, reaccionan mal cuando no se les concede lo que desean. El doctor Karthik Kumar advierte que “ser un niño malcriado puede tener efectos nocivos a largo plazo porque estos niños pueden convertirse en adultos inmaduros y necesitados y no desarrollar las habilidades para la vida necesarias para afrontar la edad adulta”.
Siete Rasgos de Adultos que Fueron “Malcriados”
Expertos como Kumar y otros psicólogos identifican varios rasgos que suelen observarse en adultos que crecieron con estas características:
Egoísmo:
Los adultos que fueron niños "malcriados" pueden ser emocionalmente inmaduros y exigentes. Según Kumar, “estas características dificultan que construyan relaciones interpersonales satisfactorias”.
Falta de sentido de la responsabilidad:
Kumar también señala que suelen tener problemas para manejar responsabilidades laborales, financieras o familiares. Esto puede derivar en hábitos de gasto descontrolados o comportamientos riesgosos como el abuso de sustancias.
Sentido exagerado de derecho:
La psicóloga Reena Patel explica que estos adultos creen que las cosas deben suceder según sus deseos. “Se sienten con derechos y no tienen muchas responsabilidades aparte de su propia felicidad. Esperan que las cosas salgan como ellos quieren simplemente porque sí”.
Dependencia de otros:
El neuropsicólogo Sanam Hafeez destaca que estos adultos suelen depender de los demás para apoyo emocional o práctico, ya que suelen postergar la independencia adquirida en etapas tempranas de la vida.
Falta de empatía:
La psicóloga Denitrea Vaughan argumenta que la falta de desafíos en la infancia para lidiar con conflictos puede generar una incapacidad de entender la perspectiva de los demás. “Te falta la capacidad de tratar de entender las cosas desde la perspectiva de otra persona”, señala.
Deficiencias en la comunicación:
Vaughan añade que estos adultos pueden carecer de habilidades para comunicarse efectivamente, pues en su niñez se les priorizó a tal punto que no aprendieron a considerar cómo sus palabras y acciones afectan a los demás. “Esto puede resultar en adultos maleducados, sin cuidado ni consideración por cómo hacen sentir a los demás”, concluye.
Tendencia a decisiones impulsivas:
Según Hafeez, la ausencia de experiencias que enseñen el valor de la gratificación retrasada conduce a decisiones apresuradas. “La falta de experiencias estructuradas para la toma de decisiones puede resultar en tomar decisiones apresuradas sin considerar las consecuencias a largo plazo”.
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