
La gestión del tiempo y las relaciones laborales en padres trabajadores
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Jenna, una profesional con responsabilidades laborales y familiares, representa un dilema común entre padres que intentan conciliar su carrera con el cuidado de los hijos. Mientras redacta un informe urgente, su colega Seth interrumpe para saludarla. Jenna responde con cortesía, pero evita prolongar la conversación. Esta escena, extraída de un estudio realizado en tres organizaciones —una farmacéutica, una empresa de servicios profesionales y una universidad—, ilustra cómo padres y madres priorizan el tiempo frente a las interacciones sociales en el trabajo para cumplir con sus obligaciones familiares, cuenta Harvard Business Review.
La investigación, basada en entrevistas y observaciones a 72 empleados altamente comprometidos con su trabajo, reveló que aquellos con hijos pequeños —especialmente quienes asumían el rol principal o compartido de cuidado— adoptaban estrategias para "gestionar interacciones". Estas incluían desde rechazar invitaciones a almuerzos hasta esconderse en baños durante reuniones o programar encuentros consecutivos para limitar charlas informales. "Organizaban las conversaciones de forma estratégica, incluso terminando reuniones citando otro compromiso, en lugar de admitir que no querían seguir hablando", señala el estudio.
Aunque estas prácticas les permitían reservar tiempo para sus hijos —dedicando mañanas, tardes y fines de semana a la familia—, tenían un costo invisible: relaciones laborales débiles. "Quienes limitaban sistemáticamente las interacciones terminaban sintiéndose excluidos de las redes sociales en el trabajo", explica la investigación. A diferencia de colegas sin responsabilidades de cuidado —que solían alargar almuerzos o acudir a bares después del trabajo—, muchos padres y madres carecían de vínculos cercanos en la oficina, lo que, según estudios previos, puede afectar el éxito profesional.
Recomendaciones para empleados y líderes
El estudio ofrece sugerencias para mitigar este equilibrio precario. Para los padres, la primera clave es la conciencia: "Muchos no percibían cómo su aislamiento afectaba sus relaciones laborales", advierte el texto. Se propone destinar tiempo específico —aunque sea mensual— a interacciones planeadas, como almuerzos programados, para mantener conexiones sin sacrificar productividad. Además, se subraya la necesidad de redistribuir tareas de cuidado: "En nuestra muestra, las madres asumían más responsabilidades, como llevar y recoger a los niños, lo que intensificaba su falta de tiempo", detalla el informe. "Los padres deben asumir su parte para que el costo relacional no recaiga solo en las mujeres".
Para los gerentes, el estudio sugiere tres acciones: reconocer las limitaciones de tiempo de los empleados con hijos, estructurar relaciones formales —como programas de mentoría— que reduzcan la necesidad de socialización espontánea, y evaluar por resultados, no por horas presenciales. "Los padres prefieren interacciones preacordadas que eviten charlas triviales", señalan los investigadores. Un ejemplo es flexibilizar la asistencia a eventos sociales nocturnos, entendiendo que muchos no pueden participar.
Un desafío colectivo
La investigación destaca una paradoja: mientras los empleados sin responsabilidades de cuidado priorizan hobbies o amistades externas, los padres sacrifican estos espacios para invertir en sus hijos. Sin embargo, el texto evita soluciones simplistas. "No hay respuestas fáciles ante la falta de tiempo", admiten los autores, aunque insisten en que tanto organizaciones como individuos pueden ajustar dinámicas. Como reflexión final, el estudio enfatiza que "las relaciones laborales sólidas no dependen de interacciones casuales, sino de diseñar estructuras que respeten las demandas familiares". En un mundo donde el tiempo es un recurso escaso, el reto está en construir puentes sin quemar agendas.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © StockCake
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