
¿Hay que modificar la dieta de tus niños en verano?
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El verano trae consigo cambios en la rutina de los más pequeños: más horas al aire libre, aumento de las temperaturas y un ritmo de vida diferente. Estos factores hacen necesario ajustar también su alimentación para garantizar que reciban los nutrientes necesarios mientras se mantienen hidratados y con energía.
1) Priorizar la Hidratación
Con el calor, los niños pierden más líquidos a través del sudor, por lo que es fundamental ofrecer agua con frecuencia, incluso si no la piden.
Algunas estrategias útiles incluyen:
-Agua fresca siempre accesible: Llevar botellas reutilizables durante paseos o juegos al aire libre.
-Alternativas hidratantes: Incorporar frutas con alto contenido de agua como sandía, melón, pepino o naranjas en trozos fáciles de comer.
-Limitar zumos envasados: Aunque pueden ser tentadores, su alto contenido en azúcar hace que no sean la mejor opción. Si se consumen, es preferible que sean naturales y en pequeñas cantidades.
2) Ajustar las Comidas al Calor
Las altas temperaturas pueden reducir el apetito de los niños. Para asegurar una nutrición adecuada:
-Comidas más ligeras y frecuentes: En lugar de tres comidas copiosas, ofrecer cinco o seis más pequeñas, incluyendo colaciones saludables.
-Platos fríos o templados: Ensaladas de pasta integral con verduras, gazpacho, o yogur con frutos secos triturados son opciones atractivas y fáciles de digerir.
-Evitar frituras y alimentos pesados: Dificultan la digestión y pueden causar malestar con el calor.
3) Frutas y Verduras de Temporada
El verano es la época ideal para introducir una variedad de frutas y verduras frescas, ricas en vitaminas y antioxidantes:
-Frutas como snacks: Uvas sin semillas, trozos de mango o melocotón son opciones dulces y nutritivas.
-Verduras crudas en formatos divertidos: Zanahorias en bastoncillos con hummus, tomates cherry o palitos de apio pueden ser más apetecibles si se presentan de forma creativa.
4) Proteínas Ligeras y de Calidad
Para mantener su energía sin sobrecargar su sistema digestivo:
-Carnes magras: Pechuga de pollo o pavo a la plancha, en trozos pequeños o mezclados con arroz.
-Pescados blancos: Merluza o lenguado, cocinados al vapor o a la plancha, son fáciles de masticar.
-Huevos y legumbres: Tortillas blandas o hummus como untable para acompañar verduras.
5) Controlar los Helados y Dulces
Es normal que los niños pidan más helados y golosinas en verano, pero es importante moderar su consumo:
-Helados caseros: Hacer polos de yogur natural con fruta triturada o leche vegetal.
-Alternativas frescas: Gelatina sin azúcar añadido con trozos de fruta o sorbetes naturales.
6) Seguridad Alimentaria en Exteriores
En picnics o días de playa, hay que extremar las precauciones para evitar intoxicaciones:
-Mantener los alimentos frescos: Usar neveras portátiles y evitar dejar lácteos o carnes al sol.
-Lavado de manos frecuente: Especialmente antes de comer, ya que los niños tocan arena, juegos compartidos, etc.
El verano es una oportunidad para que los niños en edad preescolar descubran nuevos sabores y texturas mientras se adaptan a un ritmo más activo. Con ajustes sencillos —como comidas ligeras, hidratación constante y alimentos frescos— se puede asegurar que su dieta siga siendo equilibrada, incluso fuera de la rutina escolar. La clave está en la variedad, la presentación atractiva y la adaptación a sus necesidades cambiantes durante los meses de calor.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Mitch-Flickr
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