El juego y la diversión son curativos
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Lucia
Los niños son, sin duda, uno de los grupos más vulnerables en nuestra sociedad. De acuerdo con el Banco Mundial, en 2023, aproximadamente 829 millones de niños vivían por debajo del umbral de pobreza. En muchas ocasiones, las condiciones socioeconómicas limitan la capacidad de estos niños para participar en actividades recreativas, que suelen ser sustituidas por tareas orientadas a la supervivencia familiar. A pesar de estas adversidades, es crucial que los niños puedan disfrutar de experiencias que les ofrezcan momentos de alegría y risa, aliviando así de manera sanadora las tensiones de su vida cotidiana.
El juego es fundamental en la vida de los niños y juega un papel crucial en su desarrollo. Las actividades recreativas no solo les brindan diversión, sino que también son esenciales para el crecimiento y desarrollo integral. En un informe conjunto de UNICEF y la LEGO Foundation, se detalla cómo las actividades recreativas son clave para que los niños adquieran conocimientos y habilidades sociales. Mediante el juego, los niños exploran su entorno, experimentan con distintos roles y situaciones, y aprenden a través de la práctica.
El juego no solo favorece el desarrollo cognitivo, sino que también contribuye a la creación de un sentido de pertenencia y comunidad. A través de actividades lúdicas, los niños aprenden a trabajar en equipo, compartir y comunicarse, lo que les ayuda a desarrollar habilidades sociales y emocionales importantes.
Además, el juego tiene un impacto significativo en la salud física de los niños. Las actividades físicas que realizan al jugar, como correr, saltar y moverse, fortalecen sus músculos y huesos, mejoran la coordinación y fomentan hábitos de vida saludables desde una edad temprana.
Sigmund Freud, en su obra “El chiste y su relación con lo inconsciente”, examina el impacto del humor y los chistes en la liberación de tensión.
Freud sostenía que las carcajadas tienen el poder de liberar al organismo de energía negativa. Esta perspectiva resalta la función terapéutica del juego y la risa en la vida de los niños, además de su rol como mecanismo de defensa y como medio de vinculación social y emocional.
La implicación de la sociedad en la protección y el bienestar de los niños es esencial. Participar en actividades de juego con los niños no solo proporciona apoyo emocional, sino que también actúa como un modelo a seguir. La interacción con adultos les permite sentirse valorados y comprendidos, lo que a su vez fortalece su autoestima y confianza en sí mismos. Los niños, a diferencia de los adultos, aún no han desarrollado completamente un lenguaje emocional y, por ende, necesitan actividades como el dibujo y los juegos para expresar y procesar sus emociones.
El juego no debe ser visto simplemente como una forma de entretenimiento, sino como una necesidad fundamental para el desarrollo adecuado de los niños. A través del juego, los niños exploran el mundo que les rodea, desarrollan habilidades sociales y emocionales, realizan actividad física y encuentran formas de procesar sus experiencias y sentimientos. Compartir tiempo con los niños y participar en sus juegos no solo les ofrece a ellos un valioso regalo, sino que también brinda a los adultos la oportunidad de apreciar la alegría y el crecimiento en el rostro de los más jóvenes.
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