El fomento de la lectura infantil, por edades
En estos tiempos de tablets y celulares, no podemos olvidar que la base de la lectura está en los libros de papel y cartón, un hábito que debemos desarrollar desde la infancia. Leerles cuentos a los niños, valerse de los libros para enseñarles los colores y las formas, y empezar a adentrarlos en el universo de las palabras y las historias, para que el mundo se les revele con diferentes matices, afirman en El Colombiano.
Pero ¿qué leerles a los más pequeños? Para el escritor Luis Fernando Macías, hay una especie de norma, de la autora cubana Alga Marina Elizagaray, según la cual los libros son recomendables para empezar en ciertas edades.
De cero a tres años los libros son “una presencia física”, para morder, pasar las páginas, complementados con arrullos y canciones de cuna, hasta llegar a los libros de objetos o que cuenten pequeñas historias.
La primera edad es la rítmica, entre tres y seis años, donde tienen cabida los cuentos de repetición, las rimas y los versos. Luego sigue la edad imaginativa, de seis a ocho años, con lecturas de los mitos y los cuentos de hadas.
De acuerdo con Valentina Toro, escritora e ilustradora, los libros ideales para la primera infancia son los que tienen más imagen que texto.
“Y se puede escoger cualquier tema para un niño siempre y cuando esté abordado de manera correcta. Uno puede tratar temas difíciles que, desde la sencillez de la imagen, pueden entender, sin muchos rodeos”, opina.
Función de la lectura
En cuanto a la importancia de incentivar la lectura en los niños, el escritor Juan Diego Mejía, cree que todos ellos son imaginativos, pero la sociedad se encarga de cercenar esa imaginación.
“Hay muchos modos para que los niños asuman ese mundo bello de la fantasía, y uno es la lectura, que les permite no solo alimentar la fantasía y la imaginación sino ser su compañera para la vida”.
Y a forma de leerles es un hecho que puede marcar la diferencia. “Si los padres sientan a los niños en sus piernas y el acto de la lectura es de reunión familiar y de afecto, los niños la van a asociar al amor y al calor del hogar”, expresa Macías.
En palabras de Emma Lucía Ardila, escritora, las historias narradas les ayudan a los niños a lidiar con su realidad: los miedos, las rabias, los sentimientos contradictorios que enfrentan, se resuelven más fácil de la mano de la fantasía, tema abordado por Bruno Bettelheim, en su libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas.
“Los cuentos maravillosos recogen un saber ancestral pulimentado a lo largo del tiempo. En ellos no se omite la violencia, ni la maldad. Los niños saben que existe y tienen que lidiar con ella. A través de la lectura de los cuentos clásicos aprenden cómo hacerlo”, afirma la escritora.
Photo: © DFAT photo library
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