
El amor paterno filial es el único en superar al de tu perro
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En una reciente investigación llevada a cabo por un grupo de científicos húngaros, se concluyó que los perros ocupan un lugar privilegiado en el entramado emocional de sus dueños, incluso por encima de familiares, amigos cercanos o parejas románticas. El estudio, publicado en Scientific Reports, revela que los dueños de perros experimentan una mayor satisfacción en su relación con sus mascotas que con casi cualquier vínculo humano, salvo el que se establece entre padres e hijos.
El análisis, realizado por investigadores de la Universidad ELTE Eötvös Loránd, se apoyó en una serie de indicadores que permitieron medir distintas dimensiones de los lazos afectivos, como la compañía, la ausencia de conflicto, el cuidado mutuo y la satisfacción general. En total, se evaluaron las relaciones de los participantes con sus perros y con cuatro figuras humanas clave: su hijo, su pareja, su mejor amigo y un familiar cercano.
“El objetivo era entender cómo encajan los perros en nuestras redes sociales”, explicó Enikő Kubinyi, una de las autoras del estudio. Según los resultados, los perros superaron a los humanos en aspectos como la reafirmación del valor propio, la alianza confiable y la compañía. En lo único que no pudieron competir fue en la intimidad, un ámbito en el que las parejas románticas siguen teniendo ventaja. Sin embargo, los perros obtuvieron puntajes más bajos en indicadores de interacción negativa, como el conflicto, cuando se les comparó con todas las relaciones humanas excepto las amistades.
El vínculo que se forma entre una persona y su perro se construye sobre una dinámica asimétrica: el humano ejerce el control y, por ende, se reducen los conflictos que suelen surgir entre iguales. “Los perros ofrecen la cercanía emocional de un hijo, la facilidad de trato de un mejor amigo y la previsibilidad de una relación modelada por el control humano”, añadió Kubinyi. Esta combinación, según ella, explica por qué estas relaciones resultan tan satisfactorias.
A diferencia de lo que podría suponerse, el estudio también descartó que los perros funcionen como un sustituto emocional ante relaciones humanas fallidas. “Esperábamos que las personas con vínculos humanos débiles recurrieran más a sus perros como fuente de apoyo, pero nuestros resultados contradicen esta idea”, señaló Dorottya Ujfalussy, otra de las investigadoras. Al contrario, quienes mantenían relaciones humanas saludables también solían tener vínculos positivos con sus mascotas.
La llegada de hijos sí modifica ligeramente la percepción del vínculo con los perros. Quienes eran padres calificaron a sus mascotas con puntuaciones algo más bajas en las escalas de afecto y compañía, aunque en general el resto de los indicadores no mostraron diferencias significativas. “Los perros ofrecen diferentes tipos de apoyo emocional y social, según lo que sus dueños necesiten”, explicó Borbála Turcsán, también coautora del estudio. Algunos buscan diversión y compañía; otros, confianza y estabilidad; y hay quienes simplemente encuentran satisfacción en cuidar de otro ser vivo.
Más allá de los datos, el estudio reafirma algo que muchos dueños ya intuían: que el perro no es simplemente una mascota, sino un vínculo social auténtico que satisface necesidades psicológicas reales. Lejos de los roces o tensiones que muchas veces definen nuestras relaciones humanas, los perros nos ofrecen una interacción positiva y constante. La ciencia, al parecer, acaba de darles la razón a quienes se niegan a aceptar que “es solo un perro”.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Katya Wolf-Pexels
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