
El acogimiento infantil y el rendimiento escolar
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Un estudio realizado con 8.795 niños de Wisconsin sometidos a investigaciones de los Servicios de Protección Infantil (CPS) durante su primer año de vida revela nuevas perspectivas sobre el momento más adecuado para el acogimiento temporal. La investigación, llevada a cabo por la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro y la Universidad Estatal de Pennsylvania, hizo seguimiento de estos menores desde su nacimiento hasta tercer grado de primaria.
Los investigadores examinaron cómo la edad al momento del primer acogimiento se relacionaba con el rendimiento en pruebas académicas, la exposición a disciplina punitiva (suspensión) y el absentismo escolar crónico. Los hallazgos indican que, comparado con niños que nunca ingresaron en acogimiento, el ingreso durante la primera infancia se asoció con mayor probabilidad de demostrar habilidades de lectura básicas o superiores y menor probabilidad de absentismo crónico.
El estudio controló factores que podrían afectar tanto el acogimiento como los resultados educativos, incluyendo estructura familiar, participación en programas de pobreza, discapacidad y edad materna. La muestra incluyó 51% de niños; 47% blancos, 21% afroamericanos, 16% hispanos y 16% de otras etnias.
Uno de los hallazgos más significativos surgió al analizar las diferencias raciales. "Nos sorprendió que las asociaciones positivas entre el acogimiento temporal en la primera infancia y los resultados académicos de los niños se concentraran entre los niños afroamericanos, con beneficios limitados para los niños blancos", señaló el equipo investigador. Estos resultados requieren interpretación cautelosa, dado el historial traumático único de las familias afroamericanas en Estados Unidos y la persistente segregación racial residencial y desigualdad de ingresos en Wisconsin.
La investigación también destacó que los niños en acogimiento temporal suelen recibir más servicios de salud preventivos y desarrollo, además de contar con una gama más amplia de profesionales que monitorean su bienestar. En contraste, los niños que permanecen en sus hogares reciben comparativamente menos apoyo y recursos, ya que las agencias se enfocan principalmente en monitoreo de seguridad y servicios de rehabilitación para padres.
Respecto a las limitaciones del estudio, los autores reconocieron que los datos provienen solo de Wisconsin y podrían no ser aplicables en otros contextos. Además, la investigación careció de información sobre los tipos, cantidad y efectividad de los servicios offeredos y aceptados por las familias, tanto en el hogar como en acogimiento.
El equipo investigador, compuesto por la Dra. Kierra Sattler de la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro y las Dras. Sarah Font y Carlomagno Panlilio de la Universidad Estatal de Pennsylvania, señaló que "estos resultados pueden ser útiles para múltiples audiencias de varias maneras". Subrayaron la importancia de conectar a los niños que permanecen en sus hogares con servicios basados en evidencia para mitigar los riesgos para su desarrollo y aprendizaje.
Como siguiente paso en este campo de investigación, los académicos plantean la necesidad de comprender la cantidad, duración, tipo y calidad de los servicios que reciben padres e hijos tanto en el hogar como en acogimiento temporal. "No está claro en nuestro análisis si estos servicios -u otros factores relacionados con el cuidado y el ambiente del hogar- explican las asociaciones entre la colocación en acogimiento en la primera infancia y el bienestar académico y de desarrollo de los niños", concluyeron.
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