La inteligencia de tus niños les ayudará a sobrevivir y salir adelante en una sociedad tan competitiva como la nuestra. Por tanto es normal que muchos padres se preocupen por medir el cociente intelectual infantil en un intento de detectar posibles problemas de rendimiento y/o aprendizaje o, por el contrario, un funcionamiento superior a la media. Sobre este tema hay bastantes ideas erróneas y mitos. Etapa Infantil resuelve nuestras dudas.
¿Sabes realmente qué es el cociente intelectual? ¿Qué se tiene en cuenta para medirlo?
El cociente intelectual (CI) no es más que un indicador para medir las capacidades cognitivas. Considerado como un medidor de la inteligencia, se utiliza a menudo para comparar cuán listo es un niño respecto a la media intelectual de su edad. De esta manera, cuanto más elevado sea su cociente intelectual más inteligente se considera mientras que si tiene un CI por debajo de la media podría ser un indicador de cierto retraso o deficiencia intelectual.
Vale destacar que para determinar el valor general del cociente intelectual infantil se tiene en cuenta el desempeño cognitivo del niño en diferentes áreas, desde la memoria y el razonamiento hasta su nivel de comprensión. Esto significa que, independientemente del cociente intelectual, un niño puede tener un rendimiento inferior a la media en determinadas funciones mientras que en otras puede tener un desempeño excelente. Por eso, es importante no solo tener en cuenta el valor del cociente intelectual sino también los resultados de las áreas cognitivas que evalúa.
Comprensión verbal. La comprensión verbal hace referencia a las habilidades que se encuentran en la base de la formación de conceptos.
También comprende la capacidad de razonamiento verbal del niño, es decir, su destreza para entender un discurso y el significado del mismo, a la vez que tiene en cuenta su dominio del lenguaje y el conocimiento adquirido del entorno teniendo en cuenta su etapa evolutiva.
Razonamiento perceptivo. Se trata de una categoría más práctica que evalúa las habilidades infantiles para la creación, formación y clasificación de conceptos no verbales. También incluye la capacidad de procesar diferentes informaciones al mismo tiempo, así como las habilidades visuales que le permiten hacer un análisis rápido y preciso de una determinada situación.
Memoria de trabajo. Se trata de un indicador que mide la capacidad de retención y almacenamiento de la información, así como la habilidad de operar mentalmente con ese contenido y transformarlo para generar nueva información. Básicamente, es una habilidad que permite utilizar el conocimiento adquirido para crear nuevas cosas en la práctica.
Velocidad de procesamiento de la información. Es una medida que evalúa la capacidad para focalizar la atención, explicar y ordenar o discriminar información visual con rapidez y eficacia. Básicamente, mide la habilidad para procesar contenido de manera rápida y efectiva.
Habilidad viso-espacial. Este indicador hace referencia a la integración viso-motora. En otras palabras, evalúa la capacidad de prestar atención a los detalles dentro de un todo y la habilidad para integrarlos como parte del conjunto.
Escalas para medir el cociente intelectual de los niños
Existen diferentes maneras de evaluar la capacidad intelectual en los niños, una de las más utilizadas son los tests psicométricos.
Básicamente, se trata de distintas pruebas estandarizadas que se valen de una batería de preguntas para conocer el nivel de desempeño cognitivo de los niños. He aquí las pruebas psicométricas más utilizadas:
1. WISC-V o escala de inteligencia de Wechsler
Se trata del test de inteligencia más utilizado para medir las habilidades cognitivas entre los niños. Basada en un enfoque de inteligencia más global evalúa diferentes áreas de la cognición como la comprensión verbal, visoespacial, el razonamiento, la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento. De esta manera, además de una puntuación global del cociente intelectual permite posible hacerse una idea más concreta del desempeño del niño en las diferentes áreas cognitivas.
El test está compuesto por 10 pruebas principales y 5 complementarias que permiten evaluar diferentes capacidades y habilidades. La sumatoria del resultado de cada prueba define la capacidad intelectual global del niño en comparación con la media de su grupo de edad. Como resultado puede determinarse cuán inteligente es un niño, así como cuáles son sus principales fortalezas y debilidades cognitivas.
2. K-Bit o test breve de inteligencia de Kaufman
Se trata de un test de rápida aplicación que evalúa la capacidad intelectual a partir de los 4 años de edad. Creado por el psicólogo estadounidense Alan Kaufman, cuenta con una batería de preguntas sobre vocabulario y elementos no verbales que evalúa el desempeño cognitivo y las habilidades relacionadas con el aprendizaje escolar, proponiendo un valor de rendimiento o inteligencia general.
El test se divide en dos baterías de pruebas, una de vocabulario y otra de matrices. La primera, formada por 45 ítems de vocabulario expresivo y
37 ítems sobre definiciones, evalúa el lenguaje, las habilidades verbales y la formación de conceptos en los niños. La segunda, compuesta por 48 elementos no verbales, incluye estímulos visuales tanto de tipo figurativo como abstracto que permite analizar la inteligencia cristalizada y fluida.
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3. Toni-2 o test de inteligencia no verbal
El Toni-2 es un test de inteligencia no verbal que evalúa la habilidad cognitiva para resolver problemas. Diseñado para niños a partir de 5 años de edad, es ideal para medir la inteligencia a una edad temprana ya que no requiere el uso del lenguaje ni de competencias motoras muy desarrolladas. El test funciona a partir de matrices figurativas y abstractas que los niños deben relacionar entre sí para encontrar la solución entre las alternativas que se proponen.
La prueba dispone de dos formas equivalentes, cada una de ellas formada por 55 elementos de dificultad creciente que miden la capacidad de razonamiento, el pensamiento lógico y la resolución de problemas. Las indicaciones son muy sencillas ya que puede aplicarse lo mismo mediante gestos que con indicaciones verbales breves para que el niño elija la figura que corresponde al espacio vacío.
La inteligencia más allá del cociente intelectual
Si bien los test psicométricos pueden ser una buena alternativa para conocer el cociente intelectual y la capacidad cognitiva infantil, así como para detectar posibles retrasos en el desarrollo o problemas en el aprendizaje, en realidad no pueden medir la inteligencia de un niño. La inteligencia infantil no solo incluye la capacidad para resolver problemas, el desarrollo del lenguaje o la memoria sino que también hace referencia a otros aspectos de la cognición humana como las habilidades emocionales y sociales, la creatividad o la imaginación.
Los niños con inteligencia emocional, una sensibilidad especial para las artes o habilidades para la comunicación también se consideran inteligentes, aunque no posean grandes dotes matemáticas o tengan una mala memoria de trabajo. Por eso, es importante utilizar los “test de inteligencia” con mucho cuidado para evitar estigmatizar a niños con un cociente intelectual en la media o por debajo del promedio que tienen otras virtudes y destacan en otros ámbitos de actuación.
Photo: © PXHere
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