¿Captan los niños las consecuencias de ser generosos?
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En un rincón del Griffin Museum of Science and Industry de Chicago, un centenar de niños se enfrentó a una decisión sencilla. Cada uno de ellos tenía dos lápices en la mano. Podían quedarse con ambos o dar uno a un desconocido, una persona que ellos mismos elegían. Mientras sopesaban la opción, los investigadores les hicieron una pregunta adicional: ¿qué tan feliz crees que se sentirá la persona que reciba tu lápiz?
Lo que siguió fue un ejercicio que puso de manifiesto una brecha persistente en la percepción humana. La profesora Margaret Echelbarger, asistente de marketing en el College of Business, observaba el desarrollo. "Estaba claro que los niños subestimaban consistentemente el impacto positivo de estos actos prosociales", relató Echelbarger. "Los niños, como los adultos, no anticipaban completamente la felicidad que sentiría el receptor, y esa es una barrera importante a considerar cuando se fomenta la amabilidad".
Los resultados, publicados en el Journal of Experimental Psychology, mostraron un patrón revelador. Quienes recibían el lápiz experimentaban un nivel de alegría significativamente mayor del que los pequeños habían previsto. Este hallazgo resonaba con estudios anteriores realizados con adultos, donde también se subestimaba el efecto de acciones como ayudar a alguien o hacer un pequeño regalo. "Lo que encontramos, tanto con adultos como ahora con niños, es que estos pequeños actos de generosidad realmente marcan una diferencia mayor de lo que la gente espera", explicó Echelbarger.
Pero la historia no terminaba en el receptor. Quienes entregaban el lápiz también experimentaban una sensación positiva. "Se sintieron bien después de realizar una buena acción", señaló Echelbarger. "Esto habla del poder de estos pequeños actos de bondad: que benefician no solo a quienes los reciben, sino también a quienes los dan".
La investigadora reflexionó sobre la paradoja que parece gobernar este comportamiento. "Tendemos a pensar, 'Ah, no es gran cosa', pero del otro lado, la gente a menudo piensa, 'Vaya, alguien se preocupó lo suficiente como para hacer algo amable por mí'", detalló. Echelbarger añadió: "Creo que lo que olvidamos es que a todos nos gusta estar en el lado receptor de pequeños gestos de amabilidad. Ya sea que alguien sostenga la puerta, nos sorprenda con un café, o incluso con algo tan simple como un saludo, importa. Y, sin embargo, subvaloramos consistentemente estos momentos cuando somos la persona que inicia la amabilidad hacia los demás".
El estudio sugiere que la barrera que impide a las personas realizar más actos de bondad podría ser, simplemente, un malentendido sobre su verdadero impacto. No se trata de una falta de deseo de ser amable, sino de una falla en prever la reacción del otro.
Echelbarger espera que esta investigación impulse tanto a niños como a adultos a adoptar la amabilidad con más frecuencia, especialmente cuando el acto parece pequeño. "El mundo a veces puede parecer un lugar duro y difícil para vivir", comentó. "Pero evidencia como esta muestra que cuando nos relacionamos con otros de manera positiva, realmente marca la diferencia. Es una llamada a la acción para ser más intencionales respecto a la amabilidad".
La investigadora también señaló que la bondad no está confinada a grandes gestos o regalos costosos. "Se trata de esos momentos cotidianos", agregó Echelbarger. "Como humanos, necesitamos conectarnos entre nosotros de manera significativa. Eso es lo que hace que este trabajo sea tan relevante, especialmente en un momento en el que la gente puede estar cuestionando el valor de la interacción humana ante el auge de la IA y la tecnología. Los actos de bondad nos recuerdan nuestra humanidad compartida".
En el ámbito personal de su trabajo, Echelbarger conecta estos hallazgos con una visión más amplia. "Incluso en mi propia investigación sobre la toma de decisiones financieras, siempre estoy pensando en el bienestar del consumidor a lo largo de la vida", dijo. "Podemos ser amables con nuestro dinero, pero también se trata de ser consumidores amables: ser éticos y reflexivos en las formas en que interactuamos con el mundo".
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Stony Brook University











































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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